El colombiano Omar Rayo dice que ahora pinta "con todo el abecedario"

AGENCIA EFE 28/06/2009 19:56

"Escribir una carta con tres letras es más difícil que con todo el abecedario. Ahora pinto con todo el abecedario", cuenta Rayo a Efe durante una entrevista en Bogotá, al explicar que en esta nueva colección ha dejado a un lado su idea de que la síntesis "en el arte es lo mejor" porque "llega más rápido" al espectador.

Rayo sigue fiel a la geometría en su última serie, que consta de 52 pinturas, pero en el tema del color usa un amplio abanico inédito en su obra: al rojo, negro y blanco, sus predilectos, se unen ahora otros como el amarillo y el azul.

"Muy pocas veces pongo tanto color", reconoce el propio artista al hablar de la exposición, llamada "Mateo's Toy" (juguetes de Mateo) inaugurada esta semana en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO).

La exhibición, apoyada por el Ministerio de Cultura de Colombia, permanecerá en Bogotá hasta finales de julio y luego es posible que vaya a México, Venezuela y Perú, aunque todavía no hay nada cerrado al respecto.

"Nació la colección a la vez que nació mi nieto" Mateo, relata Rayo, quien decidió dedicarle la muestra precisamente a ese niño que tiene ahora dos años y medio.

Según explica Rayo, Mateo gritaba y "se tiraba al piso de alegría" al ver algunos de sus cuadros mientras él los preparaba en su casa de Roldanillo (suroeste), su localidad natal, pero al mirar otros no hacía nada.

"Yo vi que (Mateo) tiene sentido de la estética y quise hacerle un homenaje. Fue el primer crítico que tuve en mi casa para esta colección", recuerda.

A sus 80 años y considerado uno de los artistas abstractos geométricos más importantes de Colombia, Rayo acaba de "escapar de la muerte" al superar un infarto, como él mismo afirma.

"Me quedé muy débil y sigo muy débil", admite Rayo, que bromea al señalar que debería sufrir infartos "todos los días", porque después del que padeció ha comenzado "a pintar mejor".

"Comencé a pintar" de nuevo tras el infarto, pero "con mucho temor, con mucho miedo, con mucha indisciplina (...), con pereza y sin mucho ánimo", comenta el artista de cabellera y barba blanca.

Pese a que sigue lejos de su mejor estado anímico, Rayo continúa creyendo que la motivación para hacer una obra de arte "es la belleza".

"El mejor tributo a la naturaleza y a la vida es hacer cosas bellas y sentir cosas bellas. ¿Para qué la amargura, para qué el dolor, para qué el caos?, si puedes hacer todo lo contrario: vivir feliz y hacer feliz a los demás", reflexiona el pintor.

Otra de sus máximas es que "el arte no se debe hablar, se debe sentir".

Dice que olvidó los "intaglios", una técnica de grabado en relieve que le dio reconocimiento internacional y con la que llegó a Nueva York en la década de los 60, después de haberla estudiado y desarrollado en México durante cuatro años.

"Ahí nació la sombra en mis cuadros. La sombra en el 'intaglio' es real y en los cuadros es virtual", asevera el artista.

"Tengo mi propio discurso estético, un discurso personal. Es lo que me ha hecho conocido, no prestigioso, porque yo no creo en esas cosas", concluye.