El ministro de Cultura inaugura hoy la exposición de Georges La Tour en el Museo del Prado

EUROPA PRESS 22/02/2016 08:19

El Museo del Prado ofrecerá 31 pinturas de Georges de La Tour (Vic-sur-Seille, Lorena, 1593-Lunéville, Lorena, 1652), una agrupación numerosa de obras teniendo en cuenta que apenas se conservan sus piezas.

Este pintor francés fue famoso en su tiempo y luego completamente olvidado. No fue redescubierto hasta el siglo XX, en particular por Hermann Voss (1915). A partir de la exposición 'Pintores de la realidad' (1934), La Tour recobró un lugar eminente en la pintura francesa, confirmado por la sonada adquisición, en 1960, de la 'Echadora de la buenaventura', por el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y por las dos exposiciones monográficas consagradas al artista, en 1972 y en 1997, ambas en París.

La Tour cuenta con más de 40 pinturas más o menos unánimemente tenidas por autógrafas y 28 telas y grabados copias de originales perdidos. Esto es, más de 70 composiciones conocidas, de las que sólo cuatro están fechadas y sólo 18 firmadas.

En él, el cuadro queda restringido a sus datos esenciales, la anécdota es excluida, así como la arquitectura o el paisaje, y hasta los accesorios se reducen a lo más estrictamente necesario: los santos suelen carecer de aureola y los ángeles no tienen alas.

Sólo dos de sus cuadros llevan fecha inteligible ('Las lágrimas de san Pedro', 1645, Cleveland Museum of Art, y 'La negación de san Pedro', 1650, Musée des Beaux-Arts de Nantes), por lo cual la cronología de su obra sigue siendo muy discutida.

SU PRESENCIA EN EL PRADO

En el Museo del Prado, tras la adquisición de 'Ciego tocando la zanfonía' en 1991, con fondos del legado Villaescusa, la presencia de este artista fue inesperadamente reforzada en 2005 con el depósito de 'San Jerónimo leyendo una carta', una obra inédita descubierta en los fondos del Ministerio de Trabajo por José Milicua, miembro del Real Patronato del Museo del Prado fallecido en 2013 y a quien se dedica esta exposición.

Según destaca la pinacoteca, la incorporación de ambas obras, "magníficos ejemplos de su producción", a las colecciones del Prado ha convertido a esta institución en una ineludible referencia para el estudio de la obra del maestro francés.