Una decena de bailarines, a modo de marionetas y con una sincronización perfecta, reflejaron durante la primera parte de la función un mundo colorido, fluido e incluso infantil que a lo largo de la obra se fue convirtiendo en un ambiente más sobrio y automatizado, reflejo de la modernidad.
Así lo explicó a Efe el bailarín y coreógrafo catalán de la producción, Cesc Gelabert, quien destacó que con esta obra pretende plasmar "el fenómeno de la aceleración inherente a nuestra época" desde un inicio delicado hasta un final convulso y acelerado con la música como protagonista.
"La aceleración actual tiene un doble efecto: nos permite acceder a muchas más posibilidades e información, pero también nos roba el tiempo y el espacio", señaló Gelabert, quien también forma parte del elenco de bailarines de la obra.
De ahí el título de la función: "sense fi" significa en catalán "sin fin", mientras que "conquassabit" es un término latino que se traduce en el castellano actual como "conmoción o fragmentación".
Según el coreógrafo, ganador del Premio Nacional de Danza de Cataluña, la obra trata sobre un personaje que proyecta imágenes representadas por los otros bailarines en una especie de secuencia sin fin.
Para plasmar el efecto de la aceleración Gelabert combinó una partitura original del compositor catalán Pascal Comelade en la primera coreografía (Sense fi) con una selección de piezas del alemán Friedrich Häendel ordenadas consecutivamente en función del ritmo de las composiciones musicales.
"Sense fi Conquassabit" fue estrenada el pasado abril en Barcelona y actualmente está de gira por América gracias a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
La compañía de danza Gelabert Azzopardi, establecida en Barcelona, funciona desde 1985 como una estructura autónoma e independiente y recibe el apoyo y la financiación de la Generalitat de Catalunya, del Ayuntamiento de Barcelona y del Ministerio de Cultura español.