"Un día nos llamó una madre para pedirnos una etiqueta personalizada para su hijo que tenía una alergia. Primero le diseñamos una sólo para ella, pero después nos dimos cuenta de que el producto podría ayudar a muchas más madres con el mismo problema", explican las fundadoras de Stikets.
De esta forma, la compañía fabrica etiquetas especiales con el nombre de los alimentos más comunes en las reacciones alérgicas, obteniendo una gran demanda del nuevo producto y llegando a vender un total de 50.000 etiquetas y pulseras para alergias hasta la fecha. Las creadoras de esta iniciativa anuncian que en su 'ranking' de las más vendidas están el huevo, el gluten, la leche, o los frutos secos.
Según señalan, el hecho de que el niño vaya a la escuela con una pulsera o etiqueta que indique a qué es alérgico "da mucha tranquilidad a las madres". Asimismo, las etiquetas "ayudan a los profesores y monitores del servicio de comedor escolar", que muchas veces ignoran los diferentes tipos de reacciones inmunológicas que afectan a algunos de los alumnos.