Ironía argentina y dureza brasileña en los filmes a concurso en Lérida

AGENCIA EFE 01/04/2009 19:44

Aunque con más puntos de divergencia que similitudes, ambos filmes tienen como protagonistas a personajes que no se sienten a gusto ni con sus vidas ni en la sociedad y que buscan una salida desesperada a sus problemas.

"Carmo" es una coproducción de España y Brasil con la que debuta en la dirección de largometrajes Murilo Pasta, un brasileño hasta ahora dedicado a la realización televisiva.

Una película que mezcla la delincuencia, el amor, la soledad y la rabia, protagonizada por Fele Martínez y Mariana Loureiro, que interpretan de forma brillante a Marco y Carmo, un español y una brasileña, a cada cual más desesperado, que se encuentran y desencuentran durante toda el filme.

Marco "es un tipo muy violento, que siente mucha rabia, es la rabia personalizada, contra todo pero, sobre todo, contra sí mismo", según explicó hoy a Efe Fele Martínez, que tuvo que prepararse a fondo para hacer este personaje "diametralmente opuesto" a él.

Es un español que, por circunstancias, acaba en Argentina y decide, en una última decisión desesperada, invertir todo el dinero que tiene en comprar unos equipos electrónicos que debe hacer pasar a través de una ruta de contrabando.

En ese camino conoce a Carmo y los dos inician un camino al margen de la ley en busca de unos bandidos que habían robado a Marco.

Rodada en unos impresionantes paisajes brasileños -en la frontera con Paraguay, Bolivia y Argentina-, con una estupenda fotografía que destaca en los claroscuros y una música impecable, la película, que pasó por el Festival de Sundance (EEUU), no cuenta nada nuevo pero lo hace con ritmo y manteniendo el interés, especialmente por sus estupendas interpretaciones.

Y aunque se trata de una película dura, con violencia, no se trata de una violencia gratuita ni excesiva como suele pasar con muchos filmes de este tipo, ya que está plagada de momentos tan grotescos que mueven a la sonrisa.

Completamente diferente, "El artista", también ópera prima, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, que cuenta la historia de Jorge Ramírez (Sergio Pangaro), un enfermero que empieza a vender como suyos los dibujos que hace un paciente al que cuida, un anciano inválido que sólo habla para pedir cigarrillos, interpretado sensacionalmente por el escritor Alberto Laiseca.

Una película rodada con actores no profesionales que en su mayoría representan papeles muy parecidos a quienes son en realidad y rodada a base de planos estáticos -muchos de ellos subjetivos-, que buscan así recrear la sensación de estar continuamente mirando una obra de arte.

Divertida por su ironía y con muchos detalles que rozan el absurdo, el filme demuestra que los debutantes Cohn y Duprat tienen un estilo particular e interesante, aunque a ratos irregular.

La historia partió de una idea de Andrés Duprat, hermano de uno de los directores, que trabaja profesionalmente como comisario de arte y que escribió un texto sobre cómo funciona ese mundo, haciendo hincapié en el "mundo social" que lo rodea.

Duprat explicó hoy en rueda de prensa que con esta historia quería "exorcizar" los años que lleva trabajando en el mundo del arte, que es "frívolo, snob, lleno de intereses espurios, pero que me fascina".

Sin embargo, el objetivo no ha sido hacer una crítica ni una caricatura sino tratar de mostrar la realidad de un "mundo tan loco que lleva situaciones anacrónicas y humorísticas".

Lo que sí introduce la película es una "crítica subyacente del mundo del arte visual contemporáneo, que es el que más se ha alejado del mundo popular y se ha vuelto más hermético y encriptado".

"Se ha intelectualizado demasiado", lo que lleva a la gente normal a necesitar "un manual" para entender los mensajes de las obras, cuando debería primar "la experiencia más sensual sobre la intelectual".