Joaquín Londáiz completa la saga de Elliot Tomclyde, el Harry Potter español

AGENCIA EFE 04/05/2009 11:34

"Es un halago que te comparen con el personaje que ha vendido más ejemplares de toda la historia de la literatura al margen de la Biblia", confiesa Londáiz en una entrevista con Efe.

Pero el autor ya dijo tras la publicación del primer libro que habría que esperar a entregas posteriores para "analizar si la historia se parece tanto" a la de J.K. Rowling.

Ahora, con la saga terminada, afirma que, "salvando las distancias" y "aunque el esquema sea el mismo", hay muchas diferencias entre Harry Potter y Elliot Tomclyde.

Por ejemplo, Londáiz cita la diversidad de lugares que visita su pequeño personaje, que se adentra en el mundo de la magia en los bosques canadienses, en Egipto, en una ciudad submarina y en una ciudad flotante que surca el Himalaya; y es que "Elliot pasa por varias escuelas, sale mucho al exterior y su grupo de amigos es muy heterogéneo", explica su creador.

Las aventuras de Elliot en el universo de los elementales, el mundo paralelo creado por Londáiz, llegan a su fin después de pasar por cada uno de los elementos -tierra, agua, fuego y aire- donde el protagonista desarrolló su aprendizaje en el mundo de la magia.

Londáiz explica que en "Elliot y las piedras elementales" (Montena), el pequeño mago tendrá que cumplir "la misión para la que ha sido llamado al mundo elemental, que es hacerse con las piedras elementales y encontrar la urna en la que fue creado su mayor enemigo, Tánatos".

"He procurado que de el primero al último lo pueda leer un niño de diez años sin problema y no considero que sea así en Harry Potter, donde a partir del cuarto libro la temática es mucho más oscura y hay conceptos que no llegan a los niños", asegura el autor.

El creador de Elliot Tomclyde ha estado muy cerca de su público, no sólo en ferias e institutos sino también a través de su página web, donde ha llegado a organizar concursos de dibujo.

El escritor se declara optimista al decir que "los niños leen y eligen sus propias lecturas de una manera muy selectiva, como pequeños adultos, que van a buscar aquello que saben que les gusta".

Londáiz (Madrid, 1979) ha apostado por la fantasía no sólo pensando en un público infantil y considera que el género "permite desinhibirse de los problemas cotidianos y poder salir a mundos fantásticos y extraños, donde los niños pueden dejar fluir su imaginación y los adultos pueden vivir una segunda infancia".