"Voy a decir la verdad. No disfruto un momento del embarazo”, dice Kardashian, “no entiendo a las personas que lo hacen". Así de drástica se muestra en uno de los post publicados en su blog.
Las quejas continúan cuando detalla cada uno de los malestares que lleva sufriendo desde que se quedó embarazada. Para Kim lo peor de este periodo es el aumento de peso y los cambios drásticos que sufre su anatomía. "Jamás me siento en mi propia piel", añade.
En el año 2012, embarazada de su primera hija, también se lamentaba de las incomodidades que sufría en una entrevista para la revista Elle. En sus declaraciones afirmaba, cuando estaba en el quinto mes de gestación, que nunca más volvería a pasar por la misma experiencia.
A pesar de ello, convertirse de nuevo en madre se convirtió en una obsesión para ella y lo consiguió gracias un tratamiento de inseminación artificial. “Ttodo vale la pena cuando tienes a tu precioso bebé", afirma.