Lima, la ciudad de las huacas, sigue descubriendo sus enigmas mil años después

AGENCIA EFE 18/04/2009 14:34

En muchos de los distritos de Lima hay "huacas", unas construcciones piramidales de adobe de distinto tamaño y grado de conservación, que revelan la intensa actividad constructora de la cultura Ichma, que se desarrolló en el periodo Intermedio Tardío (entre los 1.000 y 1.400 años después de Cristo) en esta región del centro de Perú.

Estos monumentos han sido devorados por las modernas urbanizaciones y en algunos casos destruidos o convertidos en vertederos.

Sin embargo, destacan por su conservación y protección las "huacas" Pucllana y Huallamarca, en los distritos de Miraflores y San Isidro, así como el complejo arqueológico de San Miguel, en los dominios de la Pontificia Universidad Católica, y el complejo Mateo Salado, en el distrito de Pueblo Libre.

Otro de los centros arqueológicos que ha sido recuperado del abandono, a iniciativa del ayuntamiento de Magdalena del Mar, es la "huaca" Huantille, que hasta el 2007 permaneció olvidada bajo toneladas de escombros y basura, además de haber sido invadida por drogadictos y hasta una fábrica de ladrillos.

La limpieza de esta "huaca" duró más de un año y hace unas semanas el equipo de arqueólogos que trabaja en su recuperación avistó los primeros entierros de humanos en la periferia del lugar.

El arqueólogo Roberto Quispe, encargado de la investigación en Huantille, explicó a Efe que este centro "fue la capital de lo que se conoció como el curacazgo (comunidad) de Lima, que es parte del señorío (gobierno) de los Ichma".

La importancia de la "huaca" Huantille es que en ella se ejercía el control administrativo y ceremonial de toda la comunidad que se asentaba alrededor, agregó Quispe.

El arqueólogo explicó que la actual extensión de la "huaca", estimada en 6.000 metros cuadrados, es sólo un tercio del tamaño original y que formaba parte de un complejo de dos edificaciones de unos 20.000 metros aproximadamente, y cuatro más pequeñas.

De acuerdo al patrón de los entierros humanos y a las ofrendas encontradas en el lugar, Quispe presume que Huantille fue un centro de producción textil, además de pesquera y agrícola.

"Luego de la limpieza, hemos definido, por lo menos, cinco entierros en un buen estado de conservación", señaló el experto.

Además, se encontraron dos entierros incompletos de niños, ya que parte del cuerpo ha desaparecido, apuntó.

Hasta el momento, el personaje hallado con el ajuar más vistoso es un hombre acompañado con 18 ofrendas, entre las que destaca una vasija con la imagen de una figura con nariguera (adorno de la nariz) y una canastilla con instrumentos textiles.

"Hasta ahora es el personaje más importante, que no significa que sea el del nivel más elevado", dijo Quispe.

"Suponemos que mientras sigamos excavando, al final de la limpieza, podremos encontrar la parte más intacta de los individuos con mayor estatus", añadió.

Entre los distintos entierros, los arqueólogos han encontrado telas bien trabajadas, ruecas y ovillos de hilo de algodón.

"Hay una cantidad apreciable que nos hace pensar que hubo una producción textil como eje fundamental de lo que hemos visto", indicó Quispe.

No obstante, en las ofrendas encontradas en lo alto de la "huaca", donde se hacían los rituales para tener una buena cosecha y pesca, se hallaron restos de cuyes (roedores domésticos), peces, moluscos, maíz y maní.

El distrito de Magdalena, en el litoral limeño, planea abrir la "huaca" Huantille para el turismo a finales de este año, cuando concluya la primera etapa de la restauración, y exhibir los hallazgos en un centro que promoverá el cuidado de su patrimonio.