Merino dice que los escritores son francotiradores en la Academia de la Lengua

AGENCIA EFE 16/04/2009 12:52

"Los escritores son un poco francotiradores en la Academia", afirma Merino en una entrevista con Efe, que tiene lugar en su casa de Madrid y en la que manifiesta la ilusión que le hace ser académico, si bien el trabajar para una institución de tanto prestigio le crea "una cierta responsabilidad" y "una cierta desazón muy placentera".

Pertenecer a la RAE "nunca fue una meta" para él, pero "ha resultado una culminación" en la trayectoria de este gran maestro del cuento en castellano; "uno de esos regalos que te hace la vida", asegura.

"Desde niño siento una curiosidad apasionada por el Diccionario, donde rebuscaba las palabras que no entendía, y terminé de mayor escribiendo historias con esas palabras", señala Merino, coruñés de nacimiento y leonés de adopción, que el domingo realizará "una reflexión personal" sobre su propio trabajo en su discurso de ingreso, titulado "Ficción de verdad".

Merino partirá de una hipótesis que él cree que es "el primero en defender": que "la ficción no es un descubrimiento del ser humano, sino que está en nuestra propia naturaleza. El 'homo sapiens' empieza a serlo porque comienza a interpretar el mundo a través de de los cuentos".

El nuevo académico explicará también "cómo nace en la imaginación de un escritor" una ficción, y a partir de un cuadro que llamó su atención intentará inventar una historia y ver los problemas que plantea desarrollarla.

Galardonado con premios como el de la Crítica, el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Torrente Ballester y el reciente Castilla y León de las Letras, que recoge el próximo miércoles, Merino hará en su discurso el tradicional elogio de su antecesor en el sillón "m", Claudio Guillén.

Tuvo el gusto de hablar con Guillén en algunas ocasiones y lo recuerda como "una persona afable y cercana, que tenía impregnada de gran cultura histórica y artística su universal sabiduría literaria"

Le responderá al discurso Luis Mateo Díez, gran amigo suyo y uno de los tres académicos que presentó su candidatura junto con Álvaro Pombo y Arturo Pérez-Reverte.

El autor de "La orilla oscura, "Los trenes de verano" o "Cuentos del reino secreto" siente "fervor" por el lenguaje desde niño, pero sabe que en la RAE, entre tanto filólogo y lingüista como hay, tendrá que "medir muy bien las palabras", y eso le crea "una sensación extraña".

Pero Merino es amigo de afrontar retos y asegura que en la Academia hay palabras cuyo significado en el Diccionario va a intentar "poner en entredicho", y unas de ellas será la de "hospitalidad", definida como la "virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades".

Le gusta el trabajo de los académicos de la Lengua. "Es un poco detectivesco, y tiene también una parte de investigador y casi de antropólogo. En fin, hay una serie de elementos muy seductores", asegura ilusionado Merino.

Cuando se le pregunta si la Academia debería tener un papel más activo en las políticas lingüísticas que se aplican en España, Merino señala que en nuestro país "vivimos en un mundo bastante necio".

"El crecimiento de los nacionalismos lleva consigo una idea de que la lengua española no es de los nacionalistas, lo cual es absurdo, porque el español es una lengua universal y hay que verla como un patrimonio". "¿Por qué no pueden convivir dos lenguas juntas en una comunidad autónoma?"

Merino cita la frase de Horacio -"contra la estupidez, los propios dioses son impotentes"- para decir que la Academia podría desarrollar "un papel de otro tipo" en estas cuestiones, pero "hay que esperar a que toda esta corriente de necedad se pose".

Defensor a ultranza de esa "intensidad grande dentro de una breve extensión" que tiene el cuento, Merino celebra estos días también la publicación de su nueva novela, "La sima" (Seix Barral), en la que reflexiona sobre "la manía fratricida" y "la tendencia a la confrontación" que tienen los españoles.