Tres mujeres con los tacones bien puestos

MONCHO VELOSO 07/03/2009 11:57

Luego, en serio, reconocen que todavía "queda tiempo para que un mujer se haga con esa estatuilla", dice Eva Ungría. "Eso no quita que haya muchas mujeres directoras", puntualiza Manuela Moreno. Para Ana Alonso es lo mismo que sucede "en todos los terrenos". "Hay menos directoras de bancos, hay menos directoras de empresas… El cine es un terreno artístico aparentemente diferente, pero no deja de basarse en un director y un equipo. Sí es cierto que faltan directoras, pero ahora vemos que es algo en auge", explica.

Sin embargo, mientras en otros gremios la mujer continúa luchando para, a igual trabajo, recibir el mismo sueldo que un hombre, en el cine es una batalla ganada. Manuela asegura que un actor y una actriz con el mismo caché cobran más o menos lo mismo. "No creo que, por ejemplo, Gracia Querejeta o Daniel Sánchez Arévalo cobren muy diferente", dice.

Quien va más allá es Ana Alonso, que ve en el público al 'responsable' de las diferencias que pueda haber. "Es una cuestión de taquilla y al final es el público quien quiere esa diferencia. La mujer es una cara bonita y joven; al hombre se le puede permitir sus arrugas, un carácter fuerte y hasta su barriguita. Por eso reivindicaría papeles femeninos fuertes y con más trayectoria, no sólo hasta los 35 años", se explica esta productora y cineasta.

Quizá habla Ana Alonso de los papeles que hemos visto en los cortometrajes de las tres. El de las mujeres luchadoras de la Asturias minera de 1962 en 'A golpe de Tacón'; el de la mujer capaz de soporta en su propia casa un ajetreado día de rodaje en 'No se preocupe'; o el de la propia Manuela Moreno en 'Dolores', cinta en la que da vida a una jovencita capaz de sacar de sus casilla a un hombre y, a la vez, quién sabe, enamorarlo.

Tres directoras y tres filmes. Los tres tan diferentes. "Yo espero que no haya diferencia entre el cine que hacemos nosotras y el que hacen los hombres; y creo que no debe haberla", responde Eva preguntada por un supuesto cine femenino o de temática femenina.

Ana y Manuela, por su parte, dicen que se trata de una forma de ver las cosas. "Está claro que quizá como mujeres le damos ese toque de sensibilidad, pero no hay diferencias en cuanto al tema en sí. El tema no tiene porque estar siempre enfocado al mundo femenino. Puedes hablar de guerra y puedes transmitirlo desde una mirada de mujer pero sin la pretensión de contar historias femeninas", dice Manuela.

Y coinciden las tres en que hay que llevarlos bien puestos, los tacones, para ponerse detrás de la cámara tal y como están las cosas. La crisis, aseguran, también ha llegado a la gran pantalla.