Tres músicos en las guitarras, uno en la batería, otro en el teclado y dos coristas compartieron con Bosé el escenario desde el que el cantante se convirtió, varias veces, en director de un coro de unas 14.000 voces, la mayoría femeninas. 'Duende' y 'Nena' fueron las canciones escogidas por un Bosé que apareció vestido de negro, elegante y teatral.
Bosé se paseó por el escenario, interactuó con sus músicos, bailó y deleitó con sus movimientos, algunos de ellos teatrales o cinematográficos que evocaron en algunos su actuación en la película 'Tacones Lejanos'.
Si ya fue provocador en otras canciones, su ir y venir por el escenario con su sensual 'Morena mía' arrancó suspiros de unas y otros, para luego, con 'Como un lobo' y 'Si tú no vuelves', volver a dejar a sus fans con el corazón encogido. Al ritmo de 'olé, olé, olé, Boseeé', el cantante salió del escenario a cambiar su camisa, pero además regresó con Luis Eduardo Aute y 'La belleza', una canción que dio un vuelco íntimo al ambiente.
Con ademán torero Bosé trató de despedirse del público, pero miles de voces se lo impidieron. Los consoló con 'Sol forastero' y se despidió finalmente con 'Don diablo'.ZA