En las imágenes se ve cómo Brand prepara la droga en el papel, la acerca al mechero y la fuma, mirando después a la cámara con ojos vacíos. Mientras ve el documental junto a su amigo Martino Sclavi en una suite del hotel Savoy de Londres, señala que es un “pequeño y típico yonqui”.
Y añade que “esto es cuando sabes que es una enfermedad. No importa estar sentado en un piso en Hackney y estar ahora en el Savoy. Tengo celos de mí entonces”, informa The Sun.
“No hay diferencia para mí. El dinero, la fama, el poder, el sexo, las mujeres, nada de eso. Preferiría ser un drogadicto”.
A pesar de admitirlo, Brand, que ha estado “límpido” durante diez años, habla también cómo la heroína dañó su vida en el documental de la BBC ‘Tres Russell Brand: De la adicción a la recuperación’.
Después de ver las imágenes filmadas por un amigo señala que “las consecuencias de mis acciones afectaron a mucha gente”.
“La heroína es una droga avariciosa, lo toma todo. Primero, te quita el dinero. Después te quita los amigos, tu familia, tu coche, tu casa. Entonces empieza a tomar pedazos de tu cuerpo. Al final solía estar con gente con los ojos idos, perdidos en limbos. La tomas hasta que ella toma tu vida. Te coge todo hasta que la última cosa y tú alegremente se lo das antes que dejar las drogas”.
En el documental se muestra cómo pasó 12 semanas en un centro de rehabilitación en 2002. Brand explica que “cuando eres un adicto, la idea de no tomar drogas es inconcebible. Este es el principio de un largo viaje de vida y de hacer cosas diferentes”.