El cine uruguayo vuelve a brillar en el exterior con "Gigante"

EFE 21/02/2009 15:56

"Acné" (2008), de Federico Veiroj; "El baño del papa" (2007), de César Charlone y Enrique Fernández, Y "Whisky" (2004), de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, forman parte de ese "joven" cine uruguayo, como lo calificó Biniez en declaraciones a Efe.

Pese a su origen argentino, el director de "Gigante", galardonada en la 59 edición de la Berlinale con el Gran Premio del Jurado, el de mejor ópera prima y el prestigioso Alfred-Bauer, dijo sentirse "parte" del cine uruguayo, al que se refirió como "una pequeña artesanía, porque tampoco es una industria".

Biniez, quien describió como un "flash" el triunfo de su cinta, una coproducción de Control Z Films con Argentina, aseguró que "el día anterior a la gala" estaba viendo "cómo hacer" para que lo invitaran "a la entrega de premios solo para ver cómo era".

Para otro de los representantes de este nuevo cine, el uruguayo Federico Veiroj, "en los últimos diez años ha crecido la cantidad de películas" hechas en Uruguay, algo "positivo, siempre que la calidad de la propuesta sea interesante".

Con su primer largometraje, "Acné", Veiroj recibió el aplauso internacional en festivales como el de Cannes, Hamburgo, San Sebastián y Los Ángeles, donde resultó premiado.

"Por suerte, 'Acné' tuvo muy buena recepción en el resto del mundo y acá", aseveró el cineasta, quien opinó que "no hay manera de medir" la repercusión de los galardones internacionales en la respuesta del público uruguayo.

El director, que fue nominado a los Goya en la categoría de mejor película hispanoamericana, dijo no buscar "elementos comunes en la cinematografía de un país", pues, argumentó, "importan más las películas que las nacionalidades".

Estos éxitos del cine uruguayo se enmarcan en "una incipiente producción de carácter independiente en base a esfuerzos individuales", según el crítico de cine Jorge Jellinek, quien subrayó que hasta ahora el séptimo arte "existió sin apoyos oficiales más allá de algún fondo que creó la Intendencia de Montevideo".

En este sentido, Jellinek destacó la creación, el pasado año, del Instituto del Cine y Audiovisual de Uruguay (ICAU), cuyo presupuesto ayudará "a solventar los proyectos y a consolidar el movimiento cinematográfico".

"El momento es bueno y apunta a que siga creciendo", aseguró este experto, que auguró que películas como "Acné" o "Gigante" servirán a los nuevos creadores como "referentes del cine nacional en los que poder mirarse, para darles continuidad o marcar diferencias".

Sin embargo, el crítico advirtió que "muchos títulos no van a quedar en la historia del cine", aunque valoró que "hay un promedio muy alto de películas de muy buen nivel".

"Una de las razones es que hacer cine en Uruguay es muy difícil y quien hace una película sabe que si sale mal no podrá hacer más", aseveró el crítico, que insistió en que los cineastas de este país "cuentan con poco margen de error".

Por su parte, Álvaro Buela, cineasta y director artístico de la XII edición del Festival de Cine de Punta del Este, el más importante del país, advirtió sin embargo de que "valorar la cinematografía en base a los premios recibidos" es "reduccionista", "igual que lo es -añadió- pensar en términos de entradas vendidas".

Para Buela, el cine en Uruguay "vive un momento de transición interesante, después de haber alcanzado una suerte de clímax mediático y de repercusión".

"Tras la perplejidad inicial, surgen reacciones originales, diversas y honestas", afirmó Buela, para quien las nuevas producciones uruguayas "dejan atrás los prejuicios provincianos de que el cine se hace de una sola manera".