Lisa Carter-Knight volaba desde Filadelfia a Boston a ver su madre enferma cuando se vio envuelta en una polémica que todavía no puede explicar. El vuelo de JetBlue estaba programado para despegar alrededor de las ocho y media de la tarde, pero sufrió un retraso de más de tres horas, según recoge el diario DailyMail, debido a la realización del test de alcoholemia al piloto.
La razón, unos tuits de Lisa y otro pasajero en los que comentaban, entre otros temas y en un supuesto tono distendido, cómo andarían las existencias de alcohol del avión. El piloto entendió que se ponía en duda su sobriedad y vio necesario evacuar el avión mientras se le realizaba lo que él describió como obligatorio test de alcoholemia.
Tras lo sucedido, y durante las tres horas de espera, Lisa continuó con mensajes en Twitter pero según ella solo para informar a su familia de la situación. Finalmente cuando la pasajera quiso acceder al aparato, la compañía le negó la entrada. La aerolínea explica que ellos no deniegan "el acceso a un cliente por sus comentarios críticos en las redes sociales, sino porque la tripulación considera que dicho pasajero puede propiciar un ambiente de inseguridad".
Lisa tuvo que esperar al día siguiente para volar a Boston y tuvo que hacerlo en otra compañía.