Las preguntas surgen mientras miramos el vídeos y vemos sus cuerpos colgando el abismo.
Son jóvenes anónimos, de alguna parte de Rusia, donde practican este deporte de alto riesgo. Un riesgo con objetivos no muy claros, aunque presumir de valor puede ser uno de ellos.
Quizá por eso cuelgan los vídeos de esta aventura aérea, sin red de protección, sin cables para detener una eventual caída. Solo tienen sus brazos y su imprudencia, un impulso humano para sostenerse con tantos metros de vacío debajo.
En los últimos tiempos parece que esta escalada libre se ha vuelto popular en Rusia, según publica el 'Daily Mail'.
La pasada semana una joven de 24 años se estrelló desde la planta 17 de un edificio. Era su primera lección de escalada libre y también la última.