El combinado egipcio, que se medirá a los ghaneses el 19 de noviembre, pidió al gobierno el permiso para jugar ante su afición, en el estadio de la Defensa Aérea. El ministro de deportes, Taher Abou Zeid, dio luz verde este miércoles, según anunció la Asociación de Fútbol de Egipto en su página web.
Las restricciones del gobierno se basaban en las 74 muertes que dejó Port Said, cuando los espectadores fueron aplstados por una multitud presa del pánico al intentar escapar del estadio tras una invasión --después del partido-- por los seguidores del Al Masry.
Otras cayeron o fueron arrojadas desde las terrazas, dijeron los testigos. Muchos de los que fallecieron en aquella invasión eran partidarios del equipo rival, el Al Ahli. Este suceso llevó a cancelar el resto de la temporada en la Liga doméstica.
La Liga de Egipto se reanudó el pasado mes de febrero --un año después de la catástrofe de Port Said--, pero volvió a ser suspendida tras el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi en julio. Desde entonces, el fútbol egipcio solo ha jugado partidos gracias al Al Ahli y al Zamalek, que representan al país en la Liga de Campeones africana.