"Empezamos bien, pero ellos llegaron las dos primeras y las metieron. Se nos complicó todo desde el principio. Tratamos de mantenernos en el partido, pero el juego del Barcelona hace que no puedas hacer nada. Te encierran atrás, apenas tocas el balón y cuando lo tocas lo coges muy lejos de su campo. Fue una sensación rara de querer hacer más y no poder porque su juego no te deja. Corrimos mucho con la sensación de estar encerrados. Éramos conscientes de lo que nos iba a pasar en Barcelona porque nos pasa todos los años y a casi todos los equipos", se sinceró Ros en declaraciones a los medios del club.
En cualquier caso, el navarro subrayó que el equipo donostiarra tiene "margen de error por lo que hizo la temporada pasada", en la que lograron coger "confianza" para futuros objetivos. "Todos sabemos que en el fútbol se sufren altibajos y ahora nos está costando más, pero no hay que preocuparse. Igual nos ha costado adaptarnos a jugar tantos partidos", reconoció sobre la participación en la Liga de Campeones.
De cara al próximo fin de semana, recordó que "toca pensar en el Sevilla", cuya mala posición en la clasificación es "muy engañosa", ya que "están jugando bien, pero han jugado contra equipos complicados y no han tenido esa pizca de suerte".
"Jugamos en casa delante de nuestra afición, donde somos muy fuertes para intentar llevarnos los tres puntos. Hay que tener tranquilidad porque, quitando el partido de ayer, los demás partidos hemos hecho méritos para llevarnos algo más. El juego está siendo bueno, nos está faltando meter el balón, pero eso llegará seguro y los resultados también", reiteró.