El sevillano Valera (clase 6) cuajó una gran actuación al vencer con una enorme superioridad a todos sus rivales. En la primera fase, se deshizo fácilmente del sueco Erik Sundberg y del francés Emmanuel dal Pan, por 3-0 en ambos choques.
Posteriormente, en las rondas eliminatorias, continuó por la misma senda y se impuso en todos sus encuentros también por 3-0. En octavos de final, derrotó al danés Brian Nielsen; en cuartos, al francés Thomas Fernández; en semifinales, al ruso Alexander Esaulov; y en la final, al alemán Thomas Rau.
Por otro lado, el granadino José Manuel Ruiz (clase 10) se llevó la plata. También comenzó arrollando en la primera fase y dio muy pocas opciones a sus rivales, el alemán Julian Pagnotta, a quien derrotó por 3-0, y el holandés Bas Hergelink, a quien endosó un 3-1.
En la fase de eliminación directa, Ruiz se deshizo, en cuartos de final, del ruso Pavel Lukyanov por 3-0 y, en semifinales, del británico Kim Daybell por idéntico resultado. Sin embargo, en la gran final de la clase 10, José Manuel Ruiz no pudo con el polaco Patryk Chojnowski, que ganó por un ajustado 3-2.
El resto de la delegación nacional acabó lejos de la lucha por las medallas. Así, Miguel Rodríguez (clase 3), Jordi Morales (clase 7), Jorge Cardona (clase 10) y Eduardo Cuesta (clase 11) no pudieron pasar de cuartos de final, mientras que Iker Sastre (clase 2), Amalio Castillo y Alberto Seoane (clase 6), David Alonso (clase 8) y Óscar Ponce y César Monteagudo (clase 11) no accedieron a las fases eliminatorias.
El tenis de mesa paralímpico es una disciplina deportiva que practican personas con discapacidad física y parálisis cerebral y que comprende 11 clases, en función del grado de discapacidad de los jugadores. Los deportistas de las clases 1 a 5 compiten en silla de ruedas, siendo los de la clase 1 los más afectados, mientras que los de las clases 6 a 10 juegan de pie, siendo los de la clase 10 los más leves. En la clase 11, compiten los deportistas con discapacidad intelectual.