El encuentro comenzó muy parejo, y los nervios precipitaron demasiados fallos en los primeros lanzamientos, algo que permitió al combinado escandinavo mantenerse con vida durante el primer cuarto de hora. No obstante, antes de llegar al minuto 20, un parcial de 4-0 de Croacia obligó a los noruegos a pedir tiempo muerto para intentar frenar la sangría.
Ya no hubo vuelta atrás. El cuadro balcánico dominó los momentos cruciales del partido de manera magistral. Amparados en una actuación destacada de Stevanovic en portería y Maric en el pivote, los croatas consiguieron que la ventaja se mantuviera con el paso de los minutos.
A falta de diez minutos para la conclusión, el partido se terminó por romper en favor de los de Zeljko Babic, que terminaron ganando con mucha solvencia para colgarse la medalla de bronce.