La semana pasada, cerca del 80 por ciento de los 55 millones de electores filipinos acudieron a las urnas para elegir presidente, vicepresidente, 12 senadores, 200 miembros de la Cámara baja del Congreso y 18.000 funcionarios locales en las elecciones generales, que se celebran cada seis años.
"Puedo centrarme y disciplinarme, tal como hice con el boxeo, para ayudar a la nación", comentó Pacquiao a los periodistas, asegurando que, como nuevo senador, abogará en favor de una educación gratuita a todos los niveles.
El congresista de 37 años también afirmó que está a favor de restaurar la pena de muerte para delitos relacionados con la droga y otras ofensas graves, y el presidente electo, Rodrigo Duterte, dijo que pedirá al Congreso la reinstauración de la pena de muerte, que fue derogada en 2006. "A los ojos de Dios, no es ilegal", comentó Pacquiao sobre la pena capital.
El excampeón mundial de boxeo, que se presentó en una de las candidaturas presidenciales perdedores, obtuvo más de 16 millones de votos, ocupando el séptimo puesto de los 12 escaños vacantes en la Cámara alta del Congreso.