El conjunto ademarista comenzó con leves ventajas en el marcador, principalmente por el acierto en los lanzamientos exteriores. A Borges y Carrillo no se le encogía el brazo y el descanso supuso un respiro para los germanos pese a que para aquel entonces ya tenían el tanteador de su lado (13-14).
La distancia era insignificante y los leoneses no querían tirar por la borda todo su esfuerzo. Sin embargo, la defensa del Hamburgo tapó al mejor jugador local, Ruesga, y se apoyó en el portero alemán Beutler y el extremo danés Lindberg para llevarse los puntos del Palacio Municipal de León.