Los vehículos estuvieron detenidos en un tramo de al menos cinco kilómetros en el vecindario de Barra de Tijuca, situado en el sur de Río, después de que cerca de 30 residentes protestaran en medio de la carretera con pancartas, cánticos y golpeando sartenes.
Los manifestantes son los últimos en resistir la evacuación en Vila Autódromo, una favela situada junto al Parque Olímpico, donde se disputarán más de 20 deportes durante los Juegos del año próximo.
Más del 90 por ciento de los habitantes de la favela ha abandonado el lugar ante la presión y las diversas ofertas del gobierno local, pero unas 50 familias se niegan a ser evacuadas a pesar del acceso intermitente a servicios básicos como agua y electricidad.
El Ayuntamiento de Río asegura que el terreno donde se encuentra Vila Autódromo es necesario construir una vía de acceso al Parque Olímpico, pero los residentes sospechan que en realidad se levantarán departamentos de lujo cuando finalicen los Juegos, como ocurrirá con otros desarrollos como la Villa Olímpica.
Si bien fue pequeña, la protesta del miércoles fue una de las primeras realizada específicamente contra los Juegos Olímpicos, que se celebrarán dentro de 500 días.
El periodo previo del Mundial de Fútbol del año pasado estuvo marcado por las mayores protestas callejeras registradas en décadas en Brasil, ante la irritación popular generada por los miles de millones de dólares gastados en la competencia. Aunque no se esperan manifestaciones similares contra los Juegos, el descontento social sigue creciendo.
"El Ayuntamiento nunca tuvo paciencia para negociar de forma apropiada con nosotros. Ahora es el momento de gritar nuestro dolor, nuestra exclusión", afirmó Inalva Brito, de 69 años, que vivió 40 años en Vila Autódromo, a Reuters.