En el caso de Madrid, la agencia señala que su decisión refleja la fortaleza de la economía de la capital española, su creciente base impositiva, así como la expectativa de que la ciudad mejore sus resultados financieros y progrese en su desendeudamiento a medio plazo.
"Las finanzas de la ciudad se están recuperando tras haber mostrado signos de debilidad como consecuencia de la recesión en España", apunta la agencia que confía en un descenso del 25% de la deuda en el largo plazo, hasta situarse por debajo de 5.000 millones de euros en 2016.
Respecto a Barcelona, Fitch espera que la deuda se modere en el medio plazo, hasta representar el 45% de los ingresos en 2014, tras el descenso del 5% registrado en 2013, lo que permitió a la ciudad refinanciar deuda y fortalecer su posición de liquidez.
En este sentido, la calificadora de riesgos espera que el margen operativo de Barcelona aumente hasta un rango de entre el 23% y el 25% en 2015 ante la perspectiva de un aumento de los impuestos a las propiedades dentro de la capacidad del municipio para elevar este impuesto, así como los valores catastrales de los inmuebles.
En el caso de Pamplona, los analistas de Fitch consideran que la ejecución presupuestaria de la capital navarra se mantendrá estable en el periodo 2014-2016 en gran parte porque la mayor parte de los impuestos recaudados son bastante resistentes al ciclo económico y la ciudad recibe un elevado volumen de transferencias corrientes del Gobierno regional, que suponen hasta el 45% de los ingresos operativos totales en su presupuesto de 2014.
Asimismo, la agencia destaca que Pamplona tradicionalmente ha registrado niveles moderados de deuda, que en 2013 representaron el 61,8% de sus ingresos y recuerda que el mercado laboral navarro ha capeado mejor que el resto del país la crisis con una tasa de paro del 17%, frente al 26% a nivel nacional, mientras el PIB per capita de la región es un 27,3% superior a la media española.