Grecia se aprieta aún más el cinturón y amenaza a la UE con recurrir al FMI

AGENCIA EFE 03/03/2010 09:22

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, cumplió con lo que sus socios europeos esperaban y lo que la población griega teme: dio un paso más en su estrategia de austeridad para reducir el gasto público y aumentar los ingresos.

"A partir de hoy el problema no se puede pintar griego... Hemos cumplido de sobra con lo que debemos hacer", dijo el jefe del Gobierno griego al término de la reunión del Consejo de Ministros.

"Es una hora histórica para Europa. Si no responde y si tampoco responden los mercados en la forma deseada debido a la conducta especulativa, entonces la solución final será el Fondo Monetario Internacional (FMI)", añadió.

De forma similar se manifestó el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinos, al señalar que "Grecia no puede cerrar todas las puertas. Es obvio que quiere apoyo comunitario, pero la versión del FMI no se puede descartar"

Con el plan de choque aprobado hoy, el Ejecutivo griego pretende ahorrar unos 4.800 millones de euros para sanear la maltrecha economía griega, que acumula ya una deuda de más del 110 por ciento del Producto Interior Bruto (BIP) y un déficit del 12,7 por ciento.

Los jubilados van a ver como sus pensiones quedan congeladas y los 600.000 funcionarios van a tener que renunciar hasta un tercio de los ingresos por pluses y extras que cobraban hasta ahora.

Llenar el depósito de gasolina saldrá más caro, entre 3 y 8 céntimos por litro, y el IVA subirá entre un 0,5 y un 2 por ciento, dependiendo del producto.

Fumar y consumir alcohol costará un 20 por ciento más. Incluso la Iglesia Ortodoxa tendrá que pasar por caja, al aumentar los impuestos sobre sus propiedades e ingresos.

La lista sigue: suben las contribuciones sobre propiedades inmobiliarias de gran valor y los ingresos superiores a 100.000 euros serán gravados con el 45 por ciento de impuestos, más un pago único del 1 por ciento en 2010.

En general, se recortan en 700 millones las inversiones públicas y se congelan los nuevos contratos de personal público para 2010, con la excepción de educación, sanidad y cuerpos de seguridad.

Y para que el paquete sea completo, el Gobierno ha anunciado también una nueva legislación para afrontar la evasión de impuestos, un verdadero sumidero de ingresos públicos en Grecia.

Si a los recortes anunciados en febrero los sindicatos reaccionaron con una huelga general, las nuevas medidas de ahorro han sido recibidas con indignación.

El sindicato de funcionarios, que se reunió con Papandréu hoy, ya ha convocado una nueva huelga para el 16 de marzo.

La Confederación de Trabajadores, el principal sindicato, ha denunciado que "las medidas son unilaterales y no tienen justicia social" y el Partido Comunista ha hecho un llamamiento a no acatar las medidas y que los trabajadores se manifiesten en la calle.

La tensión social por estas duras medidas ya se dejó ver hoy en el centro de Atenas, donde una concentración de jubilados que se manifestaban contra el Gobierno fue dispersada por fuerzas antidisturbios.

Las medidas adicionales de hoy y la advertencia a la UE se producen en medio de los rumores sobre un plan de rescate europeo para Grecia, que impida la bancarrota del país y que Atenas recurra al FMI, dos escenarios poco alentadores para la fortaleza y el prestigio del euro.

Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, se apresuró a hacer público su apoyo a las medidas adicionales de ajuste anunciadas por el Gobierno griego y a subrayar que ayudarán al país heleno a reducir su abultado déficit para contribuir así a la estabilidad de la zona del euro.

El ministro de Finanzas griego, por su parte, declaró que los recortes de gastos y el aumento de impuestos aprobados hoy se mantendrán hasta que Grecia salga del estado de supervisión por parte de la CE en el que se encuentra desde febrero pasado.

Papandréu, que advirtió anoche en el Parlamento de que el país se encuentra "en una carrera contrarreloj para salvar la economía", tiene previsto reunirse el viernes con la canciller alemana, Angela Merkel, y el domingo con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El objetivo de ambos encuentros, asegurarse el apoyo político y económico para facilitar créditos a Grecia y la compra de sus bonos por otros países.