Apretón de manos de Samarás y Merkel. Con gesto solemne, escuchan los himnos nacionales. Recibimiento diplomático en el aeropuerto. A pocos kilómetros, las calles de Atenas arden. Miles de personas han salido para protestar por los recortes del Gobierno y por la visita de Merkel, que apoya estas medidas de austeridad. Ambiente convulso en una ciudad blindada por la Policía. Francotiradores en los tejados, 7.000 agentes, vehículos con cañones de agua. Los primeros momentos de tensión no se han hecho esperar. Trabajadores de este hospital se han enfrentado con la Policía. La visita de la canciller alemana podría suponer un punto de inflexión para el país. El Eurogrupo lanzó anoche un ultimátum a Atenas. Tiene de plazo hasta el 18 de octubre para demostrar su compromiso con los ajustes, si quiere recibir el segundo tramo del rescate. El primer ministro griego trabajó durante toda la noche para preparar su respuesta. La de la calle está clara. Un grito de guerra contra la austeridad.