El aumento de la producción en Japón trae los ecos de la recuperación

AGENCIA EFE 30/04/2009 06:34

El rebote del indicador que mide el ritmo de la fábricas niponas ha sido recibido con optimismo por los empresarios e inversores, que ven en él un signo de que la recuperación está más cerca, aunque otros datos macroeconómicos en senda descendente no inviten a la euforia.

La mejora de marzo estuvo motivada en gran parte por la recuperación del apetito por los productos japoneses por parte de Estados Unidos y Europa, principales clientes de las multinacionales niponas, según informó hoy el Gobierno.

La economía japonesa, orientada a la exportación, ha notado la recuperación de las ventas por parte de sus socios comerciales, a la vez que se moderan las previsiones de contracción y se implementan los planes de estímulos a nivel global.

Los envíos de mercancía al extranjero aumentaron en marzo un 1,4 por ciento, el primer dato positivo en seis meses, mientras que se recortaron las existencias de inventario en un 3,3 por ciento, lo que muestra una mejora en los pedidos de mercancías.

Según el Gobierno, la producción ha tocado fondo y comenzará a recuperarse con fuerza cuando se vayan conociendo los resultados de los próximos meses, que en base a las proyecciones del Ministerio de Economía serán del 4,3 por ciento para abril y del 6,1 en mayo.

No obstante, el viceministro de Economía nipón, Harufumi Mochizuki, aseguró que se debe esperar para ver si esta tendencia al alza echa raíces y advirtió que el Gobierno aún no es optimista.

Las firmas niponas de tecnología fueron las más beneficiadas de la recuperación de marzo, tras registrar un aumento del 10,3 por ciento, mientras el apartado de equipamiento de transporte, que abarca los fabricantes de coches, aumentó un 2,3 por ciento.

Los datos de marzo ponen fin a un año fiscal 2008 nefasto para las fábricas japonesas, que han visto cómo su producción caía un 12,7 por ciento, el mayor descenso de los últimos siete años.

El cómputo para el primer trimestre del año 2009 fue de una reducción del 22,1 por ciento frente al último trimestre del pasado año, lo que no permite lanzar las campanas al vuelo.

A pesar de que las exportaciones y el consumo interno frenan su tendencia a la baja y también lo hacen las perspectivas de negocio, los planes de reestructuración ya están en marcha para reorientar la producción nipona hacía el consumo interno y otro tipo de sectores.

El Gobierno no considera que el fin de la recesión esté cerca, después de ver cómo el histórico superávit comercial se ha contraído hasta desaparecer con una caída de las exportaciones del 46 por ciento en marzo y unos datos de crecimiento negativo situados en el 3,3 por ciento para cuando el año fiscal termine en marzo de 2010.

Coincidiendo con la mejora de la producción industrial, el Banco de Japón (BOJ) templó los ánimos de los inversores con la publicación de su informe de perspectivas macroeconómicas para el actual año fiscal.

Según el BOJ, la economía se contraerá en este ejercicio un 3,1 por ciento, el ritmo más rápido de postguerra, mientras la deflación se agravará por encima del 1,1 por ciento previsto en el último informe y llegará al 1,5 por ciento.

Con ello, Japón se enfrenta a un ciclo descendente que seguirá pesando en los ingresos de las empresas y en el consumo de las familias, una combinación que podría retraer la producción de las fábricas japonesas.

Estos últimos días, en la presentación de los resultados empresariales del año fiscal, que finalizó el pasado 31 de marzo, las grandes multinacionales han seguido anunciando pérdidas, recortes de empleo y cierre de plantas.

El Gobierno y el Banco de Japón se han propuesto ayudar a las empresas con problemas de liquidez para que puedan ser operativas en el medio plazo, después de verse perjudicadas por la reducción de ventas, un yen demasiado fuerte y unos bancos reacios a prestar dinero.

El último plan de estímulo fiscal del Gobierno podría mejorar la situación pero, según el propio Ejecutivo, la recuperación no tomará un camino estable hasta 2010, con más que probables aumentos del paro, contracción de la demanda interna y precios a la baja.

Jairo Mejía