En particular, estas organizaciones deben cumplir ciertas condiciones. Por un lado, deben incrementar la eficiencia de los productores que la integran mediante el apoyo en otras actividades, como el almacenamiento, el transporte o la distribución.
Por otro, los volúmenes de producción puestos en el mercado no pueden exceder determinados límites: el 20% del mercado de referencia para el aceite de oliva y el 15% del mercado nacional para carne de vacuno y cultivos herbáceos.
La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha asegurado en un comunicado que el objetivo de estas directrices es "asegurarse de que los agricultores europeos pueden trabajar juntos para seguir siendo competitivos". Por su parte, el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, ha subrayado que "refuerzan la posición colectiva" de los productores en la cadena alimentaria y "ayuda a equilibrar los efectos de la creciente concentración en el procesamiento y venta minorista".
Las normas comunitarias prohíben acordar precios y otros aspectos comerciales mientras que no supongan una mejora en la producción o en la distribución que permita a los consumidores beneficiarse de estos acuerdos. En el sector agrícola, estas excepciones están recogidas en el reglamento OCM.
Estas directrices también buscan apoyar a las autoridadaes judiciales y de competencia de los Estados miembro para aplicar las nuevas normas. Para ello, aclaran la definición del tipo de actividades que pueden crear "significativas eficiencias"necesarias para poder beneficiarse de las excepciones y explican cómo calcular los volúmenes de producción y no exceder los límites establecidos.
Además, las normas señalan en qué situaciones las autoridades nacionales y el Ejecutivo comunitario pueden aplicar la cláusula de salvaguardia, que permite, en circunstancias excepcionales, reconsiderar la venta conjunta de una organización e incluso no permitirla si afecta al mercado.