Los estadounidenses, estresados y austeros a la fuerza por la crisis

AGENCIA EFE 02/04/2009 15:16

La encuesta, realizada entre mil adultos del 26 al 29 de marzo pasados, no pinta un panorama halagüeño para la economía de un país, donde el consumo constituye más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto.

Aunque ha aumentado el optimismo sobre el rumbo de la economía, el 36 por ciento sigue creyendo que la situación está empeorando, contra el 27 por ciento que opina que en realidad mejora.

Aún entre los optimistas, el 58 por ciento ha recortado de todas maneras sus gastos diarios.

Así, el 63 por ciento de los encuestados dijo que ha recortado "drásticamente" o "algo" sus gastos y se limita a gastar sólo en lo que es absolutamente necesario.

El 46 por ciento redujo la cantidad que dona a organizaciones caritativas, mientras que el 42 por ciento postergó o canceló sus vacaciones.

Un 39 por ciento retrasó la compra de un vehículo, y un 34 por ciento ha reducido lo que invierte en actividades extracurriculares de sus hijos.

El 33 por ciento de los encuestados aplazó sus planes para la compra de electrodomésticos. Uno de los entrevistados incluso dijo que mantiene la temperatura de su casa en 18 grados centígrados, apaga las luces y el televisor y tiende la ropa en vez de secarla en una máquina.

Un 24 por ciento canceló o postergó una cita o prueba médica, indicó el sondeo.

Según la encuesta, los hogares con salarios inferiores a los 50.000 dólares anuales fueron los más propensos a hacer los mayores recortes.

La recesión está afectando el estado anímico no sólo de personas con bajos recursos, sino también a los jóvenes y a personas con un alto nivel de educación, un grupo demográfico con mejores posibilidades para un futuro éxito financiero, según el diario.

El 61 por ciento de los encuestados menores de 30 años dijo que la economía es "fuente de tensión", en comparación con el 48 por ciento que dijo lo mismo en febrero pasado.

Siendo la excepción a la regla, menos de cuatro de cada diez encuestados dijeron que la crisis no les causa estrés y que, por el contrario, están reanudando sus viejos hábitos de consumo.

Más de la mitad de estos consumidores dijo que están gastando al mismo nivel de antes, o incluso más. Uno de ellos lo resumió así: "no he cortado nada, me compré un vehículo, esa es la forma de mejorar la economía".