En un comunicado, la empresa explica que, en el marco de un proceso de racionalización de la organización, ofrecerá en primer lugar un programa de bajas voluntarias y se compromete a ayudar a todos los trabajadores afectados durante el proceso de transición.
Hershey aclara que estos recortes no afectan a los operaciones de fabricación, dado que ya se lograron eficiencias con anteriores programas de productividad, y calcula que esta medida tendrá un coste de entre 100 y 120 millones de dólares (88 y 106 millones de euros), que en su mayoría será en efectivo y se aplicará en 2015.
Este nuevo programa de productividad esta previsto que genere unos ahorros antes de impuestos de entre 65 y 75 millones de dólares (57 y 66 millones de euros), sobre todo en 2016, una parte de los cuales se reinvertirán en la propia empresa.
Hershey explica que ha identificado oportunidades para simplificar su estructura y mejorar la manera de trabajar para desbloquear así el crecimiento potencial de sus negocios de golosinas y aperitivos emergentes.
"Estos esfuerzos pretenden garantizar la capacidad de Hershey de anticiparse y responder con rapidez a las cambiantes demandas de los consumidores globales", añade el fabricante de chocolate.
La empresa ha revisado este viernes a la baja su previsión de ventas para el conjunto del ejercicio, que crecerán entre un 4% y un 5%, y no entre un 6% y un 7% que esperaba hasta ahora, debido en parte a un menor crecimiento de su negocio de dulces en China.