En una conferencia con analistas para presentar los resultados del ejercicio 2016, Galán señaló que en Estados Unidos el objetivo principal es el crecimiento orgánico hasta 2020, lo que permitirá un crecimiento del 8-10% y alcanzar un beneficio de 1.000 millones en el país.
No obstante, Galán reconoció que la compañía está abierta a cualquier oportunidad que se presente en el mercado que pueda permitir crecer a través de adquisiciones. "Hablamos con todo el mundo, pero no tenemos ansiedad, la ambición es el crecimiento orgánico", subrayó.
Respecto al posible interés en otros mercados como Australia, el directivo bromeó afirmando que en los últimos meses Iberdrola ha ayudado a muchos consejeros delegados a que las acciones de sus compañías suban. "Cuando las acciones no funcionan muy bien, dicen que Iberdrola está interesada y automáticamente suben de valor", dijo.
A este respecto, Galán insistió en que el objetivo de Iberdrola es claro y pasa por "mirar hacia el Oeste". "Esto no quiere decir que miremos también al Norte, Este o Sur, pero nuestro objetivo es mirar al Oeste, es una estrategia Atlántica", añadió al respecto.
BREXIT Y TRUMP.
Asimismo, el presidente de Iberdrola insistió en que el grupo está protegido frente a los efectos del 'Brexit', tanto por medio de la libra como de la inflación en el país, ya que cuenta con coberturas para ello.
"El año pasado ya habíamos fijado todos los escenarios posibles y en Gran Bretaña se llevó a cabo el referéndum, en Estados Unidos las elecciones, en España hubo un largo periodo sin Gobierno y elecciones, en Brasil se cambió la presidencia... Hemos tenido todos los escenarios y hemos sido capaces de dar resultados", afirmó.
A pesar de ello, el director de Finanzas y Recursos del grupo, José Sainz Armada, señaló que existe una "mayor incertidumbre" a consecuencia del 'Brexit' y de las posibles medidas del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos con impacto en el comercio mundial.
Sainz indicó que el riesgo político se ha movido de España, tras la formación de Gobierno, a Reino Unido y Estados Unidos y apuntó a "un posible incremento de la volatilidad de las divisas" debido a la incertidumbre de las políticas económicas.