"Hay chollos, pero no hay tanto chollo como buscan", dice una vendedora; "no se están tirando las casas por la ventana", asegura otra.
Lo cierto es que las inmobiliarias están ofreciendo facilidades para quienes quieren comprar una vivienda, pero de las rebajas de un 40 por ciento no hay rastro.
Clientes sigue habiendo, pero operaciones de compra venta se siguen cerrando pocas. Los compradores se muestran cautelosos ante las ofertas de las constructoras y algunos esperan que las cosas vayan peor con la esperanza de que los precios caigan.
"Los pisos siguen estando tan caros como siempre", confirma un visitante de la Feria Inmobiliaria de Madrid, mientras otro esperará "un poco más, porque seguirán bajando".
Las inmobiliarias ofrecen algún descuento para los que se decidan rápido y ayudas para financiar, pero con la crisis los clientes tienen miedo.
"¿Doy 100.000 euros para una vivienda en 2012 sin saber si la promotora quebrará?, se pregunta dudoso un interesado en comprar una vivienda nueva.
Los analistan, mientras tanto, creen que lo mejor para el sector sería una bajada radical y real de los precios, una muerte rápida, para que el sector pueda renacer cual ave fénix.