La semana comenzó en Brasil con la resaca de la visita del jefe del Ejecutivo, Luiz Inácio Lula da Silva, a Estados Unidos, donde se encontró con el presidente Barack Obama y lideró una misión comercial en la que participaron las principales empresas brasileñas, ávidas por abrir nuevas oportunidades de negocio.
Lula, al igual que varios de sus ministros, aprovecharon para insistir en que la situación en Brasil no es tan mala como se pinta, puesto que ya varios indicadores industriales comienzan a mejorar o por lo menos, a amortiguar sus caídas con respecto al último trimestre de 2008, cuando el PIB se contrajo un 3,6%.
No obstante, durante la semana, el Gobierno redujo su cálculo sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto hasta el 2 por ciento en 2009, casi la mitad de lo inicialmente proyectado y tres puntos porcentuales por debajo del dato del año pasado.
Con este panorama, la principal plaza de América Latina encadenó una segunda semana de beneficios seguida, también beneficiada por un clima más tranquilo en Estados Unidos, donde la Reserva Federal anunció nuevas medidas de estímulo a la economía, como la compra de 300.000 millones de dólares del Tesoro estadounidense.
La Fed también optó por mantener los tipos de interés, en la horquilla actual cercana al cero por ciento, medida que animó los negocios en Sao Paulo.
El corro paulista también se benefició de un nuevo repunte del precio de las materias primas y, en especial, del petróleo, que hoy alcanzó los 51,22 dólares en su variedad brent, que sirve de referencia para los precios de la petrolera brasileña Petrobras, cuyas acciones suelen liderar el mercado del Ibovespa.
Tan solo el viernes torció la semana de la plaza brasileña, con un movimiento de corrección influenciado por la jornada turbulenta para el sector financiero en Estados Unidos.
En el mercado cambiario, el real cerró con una apreciación del 1,48% frente al dólar, divisa que en el tipo de cambio comercial terminó negociada a 2,264 reales para la venta, en la última sesión de la semana.
La divisa brasileña acompañó el comportamiento de otras divisas, que se revalorizaron contra el dólar en el período.