La energía atómica podría terminar con el Gusano Barrenador del Ganado, afirma la FAO

EFE 23/02/2009 21:20

Según el Oficial de Desarrollo Pecuario de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Moisés Vargas-Terán, este parásito, que afecta a los animales y al hombre, está presente en todos los países de América del Sur, con excepción de Chile.

"Sólo en el año 2002 causó pérdidas por más de 3.600 millones de dólares, sin considerar los problemas de salud pública que ocasiona", aseguró Vargas-Terán.

Los esfuerzos de erradicación de la enfermedad empiezan con un proyecto piloto en un área en la frontera entre Brasil y Uruguay, que cuenta con la participación de dichos países, y de Paraguay, la FAO, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión México-Americana para la Erradicación del GBG (COMEXA).

Según explicó Vargas Terán a Efe, en la iniciativa se utiliza la técnica de los "insectos estériles", es decir, se aprovecha que las hembras de las moscas del GBG sólo se aparean una vez en la vida.

Añade que produciendo de manera industrial machos estériles con el uso de energía atómica (Cesium 137) luego se diseminan desde aviones en las zonas infestadas, en donde se aparean con las hembras silvestres.

"Sus huevecillos ya no nacen, con lo que las poblaciones silvestres del parásito pierden progresivamente su capacidad reproductiva, eliminando la enfermedad", aseguró.

Afirmó que esta tecnología es un excelente ejemplo del buen uso de la energía atómica sirviendo al ganadero, un uso pacífico de los últimos avances tecnológicos, y sin riesgos para la salud humana.

También conocida como gusanera o bichera, el GBG se caracteriza por la presencia de larvas de la mosca en las heridas de los animales vivos, y puede afectar también a los seres humanos.

Si estas infestaciones no se atienden, en muchas ocasiones son fatales.

Según la FAO, la técnica de los "insectos estériles" posee grandes ventajas, ya que es amigable con el medio ambiente e inocua para los seres humanos.

Pese a su elevada inversión inicial, tiene una buena relación costo beneficio, que en programas anteriores fue de 1:10 en los Estados Unidos y de 1:4 en México, o sea, por cada dólar invertido en EE.UU. se recuperaron 10 y en México 4.

Durante la prueba piloto demostrativa para Suramérica, que comenzó en febrero de 2009, los insectos viajaron desde México, donde las especies estériles son producidas por COMEXA, hasta la frontera entre Uruguay (Artigas) y Brasil (Río Grande de Sur), y fueron posteriormente liberadas en pequeños aviones del Ejercito Uruguayo.

El proceso se repetirá durante nueves semanas consecutivas.

La FAO ya apoyó el uso exitoso de la técnica de los "insectos estériles" cuando el GBG causó una emergencia sanitaria mundial al ser introducida desde su hábitat original en el Continente Americano a Libia, en 1998.

En dicha ocasión, el organismo de Naciones Unidas encabezó un programa de erradicación con la asistencia de donantes internacionales a un costo de 35 millones de dólares, evitando que se estableciera en África y se difundiera hacia otros continentes.