Irati y otros paraísos para flipar en otoño

Ahora que parece que el otoño ha llegado definitivamente, es casi obligatorio disfrutar del espectáculo visual que ofrece la naturaleza: una explosión de color de verdes, rojos, ocres, amarillos y naranjas. Entre parques naturales, sierras y bosques, la riqueza y belleza de la geografía española nos pone muy difícil hacer una selección y aunque no están todos los que son, sí son todos los que están: proponemos 10 destinos que merece la pena (y mucho) visitar especialmente en otoño.

Es uno de los mayores bosques de hayas y abetos de toda Europa (el segundo por detrás de la Selva Negra alemana), con más de 17.000 hectáreas de terreno forestal enclavadas entre las reservas naturales de Mendilatz, Tristuibartea y la reserva integral de Lizardoia.

¿Por qué en otoño? Porque no te puedes perder el espectáculo de color que te ofrece en esta época del año. Es el momento en que las hayas mudan sus hojas y el bosque toma mil tonos que van del rojo al ocre, contrastando con el verde de los abetos y del musgo que crece en los troncos de los árboles.

Este parque natural es un bosque de 7.000 hectáreas de hayas y robles, así que estamos ante uno de los bosques caducifolios más grandes de la península. En este paraje conviven cientos de especies animales y, dependiendo de la zona en la que te muevas, aparecen osos pardos, águilas reales, jabalíes, nutrias, urogallos o ciervos.

¿Por qué en otoño? Porque tienes la oportunidad de admirar el espectáculo de color que te ofrecen las tonalidades cambiantes de las hojas, puedes vivir en directo su caída y comprobar cómo en esta época del año el suelo se cubre de ellas como un colchón.

Declarado por la UNESCO Reserva Integral de la Biosfera e integrado en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Ibias y Degaña, el robledal de Muniellos es el mayor de la península ibérica. Le llaman el bosque encantado porque el cambio de color que hace durante el otoño es progresivo: empiezan las hayas, le siguen los abedules y terminan los robles que mantienen el verde casi hasta la entrada del invierno.

¿Por qué en otoño? Sin lugar a dudas porque es la época para admirar el color de los bosques de hoja caduca y en concreto este otoño, porque el fuego ha amenazado con destruir esta Reserva de la Biosfera.

En Huesca, hayas y abetos se mezclan con otras especies y una gran variedad de plantas (algunas preglaciares) en un paisaje de valles, cañones, praderas, montañas, fajas y cascadas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El espectáculo de color unido al contraste del paisaje, hacen que una caminata por este Parque Natural se convierta en tarea obligada para los amantes del senderismo.

¿Por qué en otoño? Porque los inviernos son muy crudos, la primavera es inestable y el verano seco, mientras que en otoño el bosque cambia de color, comienzan las lluvias, se llenan los caudales y es el momento en que se muestra con toda su belleza.

Enclavada en Cameros Nuevo y regada por el río Iregua, se levanta el Parque Natural de la sierra de Cebollera, un bosque de robles y hayedos que atraviesa el Sistema Ibérico. Pero los colores del otoño no son exclusivos de los bosques, saliendo de la sierra puedes admirar cómo los viñedos se tiñen también de ocres, rojos y púrpura, es el momento justo en que la uva está madura y época de vendimia.

¿Por qué en otoño? Porque después de vivir la vendimia en La Rioja te costará encontrar una experiencia para los sentidos que se le parezca y si además consigues visitar una bodega durante la recolecta, podrás considerarte una persona de lo más afortunada.

Enclavado en el Parque Natural de Montseny, en Barcelona, se encuentra la Fageda de la Grevolosa, un espectacular bosque de orografía irregular, con árboles de más de 200 años. Las condiciones climáticas favorecen el crecimiento en escalones de la vegetación: en la parte baja encinas, alcornoques y pinos, en el centro los robles y por encima de todos las hayas y abetos. Así que el espectáculo para la vista está asegurado.

¿Por qué en otoño? Porque este Parque Natural es una especie de paraíso micológico en el que se pueden encontrar robellón, níscalo, negrilla y trompeta de los muertos, porque no sólo de ocres y rojizos vive el otoño.

Si quieres un bosque de cuentos, el castañar de El Tiemblo en Ávila es el paisaje que estás buscando: misterioso, sombrío y lleno de grandes árboles que parece que te pueden abrazar. Además de castaños, puedes encontrar por el camino robles, acebos o pinos, así que el contraste cromático está asegurado.

¿Por qué en otoño? Porque además de ser el momento de las setas, el otoño es época de castañas, así que paséate con una cestita y llévate a casa las que encuentres por el camino.

En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, Madrid, hay un paraíso que ha sido declarado Reserva de la Biosfera. Su fama le viene no por su extensión pues sólo abarca 250 hectáreas, sino porque se trata de uno de los hayedos más meridionales de la península (junto al de la Tejera Negra en Guadalajara). Puedes visitarlo en compañía de un guía del parque y existen tres recorridos: la senda del río, la senda de la ladera y la del mirador (la más dura por su desnivel).

¿Por qué en otoño? Porque si eres de mirar hacia arriba es el momento de sacar la cámara de fotos y capturar momentos inigualables de luz y color y si eres de mirar hacia abajo, encontrarás por el camino boletos, setas de los caballeros, amanitas, lepiotas y champiñones silvestres.

Este paraje, uno de los mayores espacios protegidos de España (más de 214 mil hectáreas) situado al norte de la provincia de Jaén, fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es además Parque Natural y Zona de Especial Protección para las Aves. Acebo, chopo, distintas variedades de pino, robles o sauces dan cobijo a una variadísima fauna: águilas, buitres leonados, halcones, jabalíes, quebrantahuesos, truchas, zorros…

¿Por qué en otoño? Porque estamos en Jaén y, aunque depende de la especie y del terreno, en otoño la aceituna está perfectamente formada para su recolección, así que un poco de oleoturismo puede ser otra buena excusa para visitar esta sierra.

Terminamos en el sur del sur de la península. Entre las sierras de Cádiz y Málaga se extiende este bosque bañado por ríos, arroyos y embalses en el que crecen alcornoques, robles, acebuches y quejigos. En él cazan águilas o gavilanes y de su flora se alimenta una fauna compuesta de corzos, gamos y ciervos.

¿Por qué en otoño? Porque ya hemos alimentado la vista, el olfato, el tacto, el gusto y ahora le toca al oído con la berrea del ciervo. Este es un espectáculo que comienza con bramidos y termina con batallas de astas, que suele empezar en septiembre y puede durar hasta bien entrado noviembre.