'Meteo' desastres: las 9 peores cosas en una primera cita por culpa del tiempo

Porque la meteorología va por libre, porque no la podemos controlar, ni siquiera pedirle que esté a nuestro favor en una primera cita. Un chaparrón, un azote de viento, un sol que quema o el poder de las flores pueden ser factores que hagan de la cita un desastre. Sin embargo, quedar en ridículo delante de la persona que gusta es más habitual de lo que se piensa. Para que no pienses que eres un bicho raro, recordamos las cosas que pueden dejarte en evidencia en una 'first date', y todas por culpa del tiempo.

¿Un resfriado en mal momento? ¿Alérgico a las gramíneas? Estar hablando con tu date y que tu carta de presentación sea un estornudo no dice mucho a tu favor, y más si es de los que se repiten una y otra vez. Aunque, si es un arrebato primaveral, puedes evitar las quedadas entre las flores, el picor de nariz va a ser inevitable. El consejo: ponerse las manos y, el estornudo, en dirección contraria al ligue.

Las alergias están aumentando y las personas que lo tienen son cada vez más. La costumbre de regalar ramos de flores para cortejar puede irse acabando si se tiene en cuenta que el 33% de la población española tiene alguna patología alérgica de este tipo. Ahórrate el dinero y no gastes en flores porque puedes equivocarte y no empezar bien tu 'first date'.

Aunque puede ocurrir con la lluvia también, con las gotas de sudor es más probable. Estar dos horas maquillándote para esa cita y acabar con la cara hecha un cuadro por culpa del calor del sol es un ridículo que nadie querría asumir. Las casas de estética ya han pensado en esto por ti: usa productos 'waterproof' aunque no vayas a la piscina, también en los días de 35ºC a la sombra.

El revestimiento de las fosas nasales está lleno de vasos capilares para calentar y filtrar el aire que entra por la nariz. Durante un día soleado la nariz está expuesta a gran cantidad de luz cuyo calor genera el sangrado repentino de alguno capilares. Se conoce como epixtasis y es una sensación desagradable para el que le ocurre, pero asquerosa y grimosa para el que lo está presenciando. Aunque es una reacción inevitable, es recomendable mantener tu nariz a una temperatura adecuada con un sombrero.

Da igual que venga del Atlántico, que sea el típico de Levante, el pelo se alborota cuando viene una fuerte racha y suele dejarte en ridículo. Se mete en los ojos y en la boca, y ni las horquillas, ni los kilos de laca y gomina podrán hacer nada por mantener el moño en su sitio o el tupé totalmente erizado. Lo mejor es mostrar naturalidad e ir a favor del viento para que, al menos, el pelo quede fuera de la cara.

La típica tormenta de verano que no te esperas puede ser el escenario perfecto para un beso de película, o el detonante de una cita que no querrás recordar. Llevar ropa clara y veraniega en un día de bochorno y con cielo encapotado es algo que se debe evitar si el diluvio se cierne sobre nosotros. Una camiseta empapada puede descubrir ciertas partes del cuerpo que reservábamos (quizá) para más adelante.

Puede parecer erótico y sugerente, pero si no tenías previsto marcar pezón puede ser un momento muy embarazoso. Ahora se lleva el 'braless' o el 'adiós sujetador' y puedes usarlo como excusa si se te marcan más de la cuenta con el frío de invierno o con el viento primaveral fresquito que pone la piel de gallina.

Los de pelo rizado sabrán lo que significa un día de lluvia y tendrán ya desarrolladas sus técnicas para mantener cada pelo en su sitio sin que parezca un nido de pájaros. Pero para los del pelo liso y obediente, un día chispeando puede dejar su alisado (casi) japonés a lo afro en segundos. La lluvia no se puede evitar, pero ya hay unos cuantos productos de peluquería que no dejarán actuar a la humedad.