¿Qué son las tormentas verdes? Te adelantamos que existen y acaba de haber una en España

Marcos Fernández, METEORALIA 05/08/2017 16:32

El mito de las tormentas verdes

Existir, existen, pero no está del todo claro por qué adquieren esas tonalidades verdes.

Este tipo de tormenta tiene rasgos muy particulares que nos ayudan a identificarla: se trata de una nubosidad muy compacta (típicas nubes de algodón a gran altura) que, conforme va engordando, se oscurece y adquiere una tonalidad gris oscura o negra en la base, y tonos azulados y verdosos en la parte superior.

Además, cuando crece, lo hace deprisa y junto a ella llega a nosotros ese olor a lluvia (que no es otra cosa que el ozono). Si, además, las rachas de viento se incrementan, y son cada vez más intensas, lo más probable es que estemos ante una peligrosa tormenta verde.

Es la antesala del 'apocalipsis meteorológico' como, por ejemplo, lo que ocurrió con la tremenda granizada que cayó el pasado domingo en algunos municipios de Teruel, (concretamente en Rubielos de Mora). Allí el hielo causó numerosos destrozos, alcanzando el tamaño de pelotas de tenis, reventando lunas de vehículos y arrasando los cultivos. Este tipo de tormenta es mortal.

¿Por qué se le llama así?

Porque se ve de un tono verde desde la superficie. Esto no quiere decir que las nubes sean realmente verdes. Entonces ¿qué ocurre? ¿Nos engaña la vista?

Nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández, explica que, como en toda tormenta, "la coloración de la nube (colores azules, verdosos) se debe a las descargas eléctricas". El aparato eléctrico que las acompaña, cuando es muy potente, tiene la capacidad 'teñir' esta nubosidad de este color.

En ese sentido, remata Fernández, "la luz se refracta, con moléculas ionizadas que, si son de nitrógeno, ofrece tonalidades azuladas", que se tornan verdosos e, incluso, amarillentos cuando la tormenta llega a su punto álgido de máxima intensidad, con la formación de un tornado o con los chubascos de granizo.

Sin embargo, las tormentas o nubes verdes no siempre llegan asociadas a fenómenos severos extremos. En ocasiones, también podemos verlas cuando la tormenta empieza a deshacerse y a desaparecer en el horizonte.

Esta sería otra de las teorías que, de igual manera, nos indica que la luz solar juega con las nubes en formación (antes de la tormenta) o en descomposición (después). La luz de la tarde es la responsable de que esto ocurra. Por tanto, si se forma a última hora del día, cuando el sol empieza a caer, es probable que, a medida que se oculta y la tormenta se desarrolla o se aleja, esa luz solar elimine las tonalidades azules y dé protagonismo a las verdes.

Y, no solo eso: si la luz del sol y el desarrollo de las nubes son la base de una gran tormenta, otro ingrediente principal es el hielo: los cristales y el granizo en formación juegan e interaccionan con el sol, sobre las nubes, y reflejan su luz dando lugar al color verde.

Por eso, las tormentas verdes se asocian casi siempre a un fenómeno tan violento. Y, por eso también, son tan comunes en USA, que es la cuna de las grandes tormentas y los tornados. El estado de Texas está bien familiarizado con este fenómeno, pero no es el único. ¿Qué ocurre en España?

Tormentas verdes en España

Siempre nos puede sorprender una en cualquier lugar y en cualquier momento del año. En España, la primavera y, sobre todo el verano, son idóneos: situaciones calor extremo con una masa de aire muy cálido sobre nosotros y una fuerte irrupción de una bolsa de aire frío. Ese choque de titanes se resuelve en forma de grandes tormentas.

Y los puntos más propensos, según nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández, son los de grandes contrastes térmicos, por ejemplo, "sierras del Sistema Central, andaluzas y la desembocadura del Ebro". A ellas podemos añadir el noreste de la Península, es decir, todo el área de la Ibérica turolense, Soria y Pirineos. Aquí, verano tras verano descargan verdaderas trombas de agua hasta el punto de alcanzar los máximos de pluviosidad en esta época.

Un buen ejemplo, y no será el único del verano, es lo ocurrido hace dos fines de semana en Teruel.