Precisamente en el Mundial de Alemania, el combinado helvético se convirtió en la única selección que acababa el torneo sin recibir ni un sólo gol, demostrando que su fortaleza es más atrás que en la parte delantera. Suiza consiguió su billete para Sudáfrica 2010 gracias a liderar el Grupo 2 de la fase de clasificación de la zona europea, con 21 puntos, uno más que Grecia, que quedó segunda, perdiendo uno de los diez partidos que jugó, mientras que ganó seis y empató tres.
La selección suiza fue la tercera menos goleadora de las nueve selecciones clasificadas como primeras de grupo, con 18 tantos, sólo por delante de Holanda y Dinamarca. En el aspecto defensivo, los suizos también fueron los terceros más goleados de los nueve líderes, con ocho goles en contra. Su seleccionador es una de sus bazas. La experiencia y palmarés del alemán Ottmar Hitzfeld, que tomó las riendas del equipo nacional después de que en la Eurocopa de 2008, que se celebró entre Suiza y Austria, cayese en la primera fase con la dirección de Jakob Kuhn, puede ser clave para aumentar la competitividad y solidez de los helvéticos.
Hitzfeld confía en una selección de jóvenes talentos acompañados de nombres importantes como los de Tranquillo Barnetta, Hakan Yakin o Alexander Frei, que se 'perdió' la última Eurocopa al lesionarse en los minutos iniciales del primer partido y quiere demostrar su talento en una gran cita internacional. Además, el relevo en esta selección está asegurado después de que a mediados de noviembre de este año, Suiza se proclamase campeona del Mundo Sub-17 al ganar a la anfitriona Nigeria por un gol a cero, demostrando que están trabajando bien.
Por ello, los suizos llegan a Sudáfrica con la intención de pasar la primera fase y alcanzar de nuevo los octavos de final, pero también con la idea de que la cita africana sea el punto de partida de una selección que pueda ser competitiva en el futuro y poder luchar por hacerse con el título mundial absoluto. En principio, desde el combinado helvético se ve complicado arañar puntos a la campeona de Europa, ante la que debutará, por lo que su pelea podría ser con Chile, sin perder de vista a la modesta Honduras.
Un asistente de lujo
Suiza es ante todo un bloque. Diego Benaglio, portero del Wolfsburgo, aporta garantías y en la defensa todos están pendientes del rendimiento que pueda dar Philippe Senderos, que está falto de forma. En el centro del campo, destacan las figuras de Tranquillo Barnetta y Hakan Yakin, los jugadores de mayor calidad, mientras que arriba, tras la baja de Marco Streller, todo quedará en manos del veterano Alexander Frei y de Blaise N'Kufo, natural de Zaire. Barnetta, del Bayer Leverkusen alemán, será el encargado de manejar las opciones con el balón de los suyos y alcanza esta cita en Sudáfrica con 25 años, y con la experiencia ya de la Eurocopa de hace dos años.
Pese a su calidad, el interior no es dado a marcar muchos goles (sólo ha hecho cuatro en la Bundesliga), pero sí es un buen pasados (10 asistencias) y tampoco desdeña trabajar en beneficio del equipo, lo que ha provocado que Hitzfeld lo considere casi imprescindible en su esquema de juego. Uno de los beneficiados de que Barnetta esté inspirado en el pase será Frei, el veterano goleador de 30 años y el máximo anotador histórico de su país. Con experiencia en Alemania (Dortmund), el de Basilea buscó la forma adecuada en el equipo de su ciudad y tuvo un susto en febrero al romperse un brazo en febrero.
Experiencia y carácter germano
Sin duda, la llegada de Ottmar Hitzfeld ha servido de revulsivo para que Suiza se haya clasificado de forma directa y esté ahora en condiciones de medirse con las mejores del mundo. El técnico germano, ganador de la Liga de Campeones con dos clubes diferentes (Dortmund y Bayern), fue el elegido para sustituir a Jakob Khun tras la Eurocopa y su mano se ha empezado a notar desde el principio en un fútbol que ya conocía por su paso por el Basilea, Zug, Aarau y Grasshopper.
Como sucediese en su época como preparador de clubes, Hitzfeld ha logrado dotar de rocosidad a un combinado al que aún le falta más 'pegada' para poder dar un paso adelante. Además su carácter alemán está impregnado en el equipo y su mensaje a sus futbolistas fue que buscasen minutos, aunque para ello no tuviesen que salir de la modesta Liga suiza.
En Sudáfrica, su primer rival será Vicente Del Bosque, con el que ha vivido eliminatorias de 'Champions' cuando ambos estaban en el Real Madrid y el Bayern de Múnich. El 1999-2000 ganó el salmantino en semifinales y posteriormente se proclamó campeón, y en la siguiente, el alemán se tomó la revancha y también se coronó posteriormente ante el Valencia. En la 2001-2002, el actual seleccionador español también salió vencedor.
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