En sentido contrario, el líder del PP, Mariano Rajoy, le reprochó que sea "un tapón para la economía" y le acusó de ser "bravo y enérgico con los más débiles", de "inundar" a los bancos con "su deuda" y de "cerrar la persiana" al empleo de los jóvenes.
Durante la primera jornada del debate sobre el estado de la nación en el Congreso, Zapatero criticó que el PP votara en contra de las medidas para acelerar la reducción del déficit público, aún sabiendo que si hubieran sido rechazadas, se habría provocado "una catástrofe para la economía española y europea".
También le advirtió de que si el Gobierno hubiera aprobado una bajada masiva de impuestos, como proponía el PP, en los momentos más duros de la crisis el resultado habría sido un "déficit insostenible".
El presidente le recriminó que con sus críticas haya difundido por "todas las esquinas", una "imagen negra" de España y le acusó de pregonar reformas y no apoyarlas en el Congreso por sus propios intereses.
Zapatero reconoció que el Gobierno ha tenido que tomar decisiones "difíciles y duras" con el gasto público pero confió en que la economía española crezca de nuevo en el segundo trimestre, ya que se están reduciendo con "relativa rapidez" algunos de los desequilibrios que la crisis mostró con tanta "crudeza".
También fue tajante al aseverar que es "imprescindible" cumplir con los objetivos de consolidación fiscal por lo que se mostró partidario de culminar "con ambición" todas las reformas estructurales puestas en marcha.
Por su parte, Rajoy afirmó que Zapatero ha actuado con los "aturdimientos y prisas" de un mal estudiante, lo que ha hecho que haya "recortado poco, mal y sin justicia".
En su opinión, "ni siquiera le ha temblado la mano para congelar las pensiones", algo que, afirmó el líder del PP, "nunca hubiera imaginado que pudiera ocurrir".
También denunció que su "obstinación" ha provocado que, en los últimos doce meses, haya 700.000 empleos menos, más de 4,6 millones de parados y 35.687 empresas que han cerrado.
El líder del PP le pidió que por el bien de España convoque elecciones generales, mientras Zapatero le respondió que "pocos gobernantes responsables" convocarían elecciones cuando está por delante la reforma laboral.
Respecto a la propuesta sobre pensiones del Ejecutivo, cuya principal medida es elevar la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67, sostuvo que se "carga de un plumazo el mejor pacto que tenía en España (en referencia al Pacto de Toledo)" para "racanear 1.500 millones de euros".
Rajoy invitó a Zapatero a que visite un comedor social "cuando tenga un rato libre y hable con la gente".
Desde CiU, su portavoz parlamentario, Josep Antoni Durán i Lleida, también acusó al presidente del Gobierno de "desorientar" a la sociedad con su política económica y hacer que los países del entorno "nos miren con desconfianza".
Durán acusó a Zapatero de no ser "capaz" de ofrecer a la sociedad objetivos "realistas, creíbles y materializables".
Zapatero le respondió que ha agotado "hasta el límite" las posibilidades del diálogo social para alcanzar acuerdos sobre la reforma laboral y dijo que las circunstancias no eran "tan fáciles" para lograrlo.
En cuanto a la acusación de Durán i Lleida sobre la pérdida de confianza que ha tenido el Gobierno por los recortes sociales, Zapatero dijo que el Ejecutivo ha ampliado derechos de los desempleados con una nueva prestación por desempleo.