Así lo han relatado a Efe fuentes jurídicas al término de la sexta sesión de la vista oral, que se está celebrando a puerta cerrada, y en el que las partes han elevado a definitivas sus peticiones.
"No quiero estar aquí, no voy a prometer ni a jurar nada, sólo me puede juzgar Dios", han sido las palabras de César U.Q., considerado el líder del grupo, antes de ser sacado esposado por la policía de la sala, han asegurado las mismas fuentes.
El abogado de César U.Q, de nacionalidad boliviana y de 21 años, ha pedido su libre absolución y, en el caso de que sea condenado, que se aplique el eximente de que presenta "rasgos antisociales graves", tal y como señalaron los peritos forenses, han comentado fuentes de la defensa.
A César U.Q. la fiscalía le acusa de cuatro violaciones y de seis robos con intimidación contra seis parejas de jóvenes entre agosto y septiembre de hace tres años en el parque del Oeste (distrito de Moncloa-Aravaca), y le pide 87 años de prisión.
Una de las acusaciones particulares eleva la pena a 239 años de prisión al imputarle trece delitos de violación por haber forzado más de una vez a las chicas, una de ellas de 17 años en el momento de la agresión.
La acusación de cuatro de las víctimas ha añadido a los presuntos delitos cometidos por César U.Q. el agravante de "supremacía de poder", ya que el acusado presuntamente atacó a las jóvenes cuando estaban solas, después de apartarlas de sus parejas.
Además, esta misma acusación ha incorporado el agravante de asociación ilícita porque el grupo conocido como la banda de violadores del parque del Oeste tenía como fin cometer delitos y contaban con un líder.
Para los otros dos acusados -Giovanni Javier V.S., de Ecuador, y Leslie Carolina I.H., de Colombia-, que se encuentran en libertad, el ministerio fiscal solicita 18 años y medio de prisión para cada uno de ellos y la acusación particular un total de 22 años para cada uno de ellos.
En el banquillo de los acusados también se sientan como imputados Andrés Felipe G.M. y John Alexander I.A.
Esta mañana ha terminado de declarar la última de las doce víctimas que quedaba por hacerlo, el amigo de una de las jóvenes que no fue agredida sexualmente porque ambos hicieron frente a César U.Q., aunque presuntamente tuvieron que entregarle todos sus efectos personales.