América del Sur cuenta ya con un mecanismo de concertación política en defensa

EFE 11/03/2009 00:00

El Consejo de Defensa Suramericano (CDS) nació en Santiago de Chile con el objetivo compartido por los doce socios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) de administrar mejor el presupuesto de defensa, transparentar los gastos en armamento y tener una misma voz en los foros multilaterales.

"Una instancia que nos ayude a crear una identidad suramericana en asuntos de defensa y, a la vez, consolidar a nuestra región como una zona de paz en un mundo cambiante e incierto", destacó el ministro chileno de Defensa, José Goñi, anfitrión de la reunión.

Goñi dijo que el CDS "surge en un momento suficientemente maduro" que no existía ni siquiera hace diez años, pero advirtió de que la crisis mundial hace que la situación sea "particularmente difícil y amenazante para toda la comunidad de naciones y podría afectar las condiciones de paz y seguridad".

"La cooperación es un instrumento indispensable para enfrentar los dilemas y problemas que nos desafían, para tener también una voz a la que se escuche y atienda en el mundo", destacó.

En sintonía con la carta fundacional de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Consejo tendrá como ejes de actuación el respeto a las decisiones soberanas y a los derechos humanos, la no intervención y la solución pacífica de las controversias.

De hecho, este organismo surgió a propuesta del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para evitar crisis como la surgida a raíz de la incursión militar colombiana en Ecuador para atacar un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"La cooperación en el ámbito de la defensa debe contribuir a generar un entorno más amigable para el anhelado desarrollo y la superación definitiva de la pobreza en nuestro continente", subrayó el ministro chileno.

Para que el Consejo ayude en ese propósito "debe existir la voluntad política que lo respalde y una mirada que privilegie los entendimientos y la construcción de acuerdos", recalcó.

Los países miembros han aprobado una agenda de trabajo para los próximos doce meses, que incluye temas como operaciones de paz, catástrofes naturales, metodologías de cálculo de gasto en defensa, y formación y capacitación.

Así mismo, abordarán las reformas de los Ministerios de Defensa, el papel de la sociedad civil en el debate de defensa, mecanismos de creación de confianza mutua, cooperación militar, factores de riesgo y amenazas regionales, industria de la defensa y cooperación tecnológica.

Del esfuerzo para constituir este organismo -que se gestó hace un año, en plena crisis diplomática entre Colombia, Ecuador y Venezuela- dan cuenta las declaraciones de los líderes y ministros de Defensa de la región en vísperas de esta cita.

"Tiene que quedar claro que el Consejo no es contra nadie", puntualizó el ministro brasileño, Nelson Jobim.

"Queremos, necesitamos y estamos obligados a garantizar la paz. ¿Y cómo garantizarla? Con la unión", señaló, por su parte, el mandatario venezolano, Hugo Chávez.

Colombia, partidaria inicialmente de coordinar las políticas de defensa en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), acabó aceptando participar activamente.

"Se han dilucidado nuestras dudas y participaremos en el Consejo Suramericano de Defensa activamente", anunció en su oportunidad el presidente Álvaro Uribe, mientras su colega peruano, Alan García, expresaba su apoyo a esta iniciativa "por considerar que es un paso positivo para la región".

En opinión de Ecuador, se abre una oportunidad para que la región supere los niveles primarios de defensa y la posibilidad de contar con una voz propia".

En tanto, Bolivia destaca la capacidad del Consejo de extender su actuación más allá del ámbito de la defensa, ya que "establecerá un mecanismo de consulta frente a desastres naturales y otras tragedias", como dijo el ministro Walker San Miguel.

Para Argentina, se trata de "un foro de debate y generación de consensos", según su ministra de Defensa, Nilda Garré, mientras que Uruguay subrayó su capacidad para "alejar posibles conflagraciones de naturaleza bélica y generar espacios de confianza mutua".