La cuantía de las becas destinadas a universitarios ha descendido una media de 300 euros. En otros casos las ayudas se han reducido hasta 700 euros.
Muchos estudiantes tienen dificultades para pagar el alquiler de su residencia y costearse el precio de las comidas fuera de casa. Algunos hasta se ven obligados a compartir el menú de las universidades.
En la Universidad de Sevilla han aumentado los asistentes al comedor de la facultad con la paradoja de que no se ha incrementado el número de alumnos matriculados.