Cubanos cambian en La Habana los adiós por los hasta luego

AGENCIA EFE 13/04/2009 22:30

La noticia de que Obama dio orden hoy a los departamentos de Estado, Tesoro y Comercio de EE.UU. para que se ponga en marcha lo antes posible el levantamiento de las restricciones pilló por sorpresa a la mayoría de los que, como cada día, pasan por la terminal dos del aeropuerto habanero José Martí.

En el ala de los vuelos chárter para Miami, la novedad, como no podía ser de otra forma, fue acogida con todo tipo de manifestaciones de alegría y alivio ante la perspectiva de que años de frustración por las dificultades para ver a los familiares podrían quedar en el olvido.

"Ya era hora. ¿Qué es eso de andar separando familias?", decía una mujer de alrededor de 40 años al enterarse de que Obama había dado un paso sobre el que los cubanos de la isla y de Estados Unidos especulaban desde hace días.

Dayron, de 30 años, acaba de pasar quince días en La Habana visitando a su familia y hoy tenía que regresar a su casa en Miami.

"¡Coño, compadre, qué buena noticia!", dijo a Efe poco antes de embarcar, mientras recordaba todos los "inventos" que ha tenido que hacer, desde que se marchó hace ocho años, para visitar a su familia sorteando las restricciones de las leyes estadounidenses.

"He venido por Gran Caimán, por Dominicana, como religioso, con el permiso normal... He hecho de todo", decía.

Como Dayron, no pocos cubanos radicados en Estados Unidos han recurrido durante años a viajar a Cuba por un tercer país, con las correspondientes precauciones para que los sellos estampados en las aduanas no figuraran en las páginas del pasaporte.

También lo han hecho mediante subterfugios en los convenios migratorios, como el pasar por miembros de sociedades religiosas, por las facilidades que tienen estos para trasladarse de un lado al otro del Estrecho de Florida con mayor frecuencia.

"Si puedo, mañana mismo empiezo a mirar para volver al Vedado (barrio de La Habana) y pasarme otros quince días", dijo Dayron.

En otra parte de la terminal, Anselmo, de 28 años, llegaba a La Habana procedente de Miami con un montón de maletas y ganas de ver a sus familiares sólo un año después de la anterior visita.

Esa posibilidad ya se abrió hace un mes, cuando ambas cámaras legislativas estadounidenses aprobaron una ley de presupuesto que reducía a doce meses la espera para regresar a Cuba, frente a los tres años establecidos durante el Gobierno de George W. Bush.

"Me parece muy bien. Que cada uno viaje todas las veces que quiera a donde quiera", respondió Anselmo a Efe al ser preguntado por la decisión de hoy de Obama, que supondrá, además, el fin de los límites a los envíos de remesas a la isla y medidas para facilitar las comunicaciones.

Sin embargo, para él este nuevo paso en el largo camino hacia la normalización de las relaciones con la isla no le hará venir a Cuba más veces de las que tenía previsto.

"Yo no voy a venir más a menudo. Hay muchos países para visitar y para conocer y yo no voy a estar volviendo a Cuba toda la vida", explicó al señalar que él se marchó hace doce años de La Habana para irse a vivir a EE.UU.

La aglomeración de gente alrededor de las vallas que protegen la salida de los pasajeros que llegan a la capital cubana es un rosario de casos de familias que no se ven desde hace once, siete, tres años...

Wilfrido, de 67 años, aguardaba por una hermana a la que hacía más de una década que no veía. Se alegra por la noticia, pero lamenta que ahora sus otras tres hermanas ya son mayores y no pueden viajar como cuando eran jóvenes.

Al menos, se conforma con la idea de que "si se da la oportunidad y juntan el dinero, podrán venir".

En el estacionamiento, Orlando, de 62 años, también aprueba la decisión del presidente estadounidense con un "eso está muy bien" y recuerda que "el pueblo cubano es el único que tiene problemas para viajar en todas las partes del mundo".

"Es una gran noticia, pero debería ser igual para acá y para allá", agregó en referencia al preceptivo permiso de salida que los cubanos necesitan para salir de la isla.