La sentencia a Fujimori es una vacuna contra futuros dictadores, dice Mario Vargas Llosa

AGENCIA EFE 09/04/2009 00:00

"Toda Latinoamérica tiene que celebrar este hecho porque va a defendernos contra esta epidemia que hemos padecido a lo largo de nuestra historia, que es el autoritarismo, las dictaduras y los caudillos", manifestó el célebre intelectual, que disputó la presidencia a Fujimori en 1990.

Pero Vargas Llosa remarcó que Latinoamérica, "por desgracia", aún no es completamente inmune a la dictadura, fenómeno que "está siempre latente".

Fujimori fue sentenciado ayer por ser el "autor mediato" -el hombre detrás de un aparato montado para librar una guerra sucia contra el terrorismo- de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), así como del secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer tras el "autogolpe" de Estado de 1992.

El presidente del tribunal, César San Martín, explicó ayer que los delitos constituyen crímenes de Estado y contra la humanidad y que tuvieron el agravante del trato cruel.

Al destacar la lección de Perú como uno de los primeros países en sancionar de una manera "civil y democrática a un dictador", Vargas Llosa felicitó a los jueces del tribunal por "la manera tan serena, rigurosa e independiente con que ha llevado este proceso" contra Fujimori, que gobernó el país entre 1990 y 2000.

También recalcó que la sentencia "impresiona muchísimo por su carácter desapasionado, riguroso y estrictamente legal" y desagravia "a las tantas víctimas de los atropellos, asesinatos, desapariciones, robos, campañas de insidia que se vertieron en esos años de impunidad".

Vargas Llosa confesó que "francamente" nunca pensó que se iba a sancionar a Fujimori y que los atropellos cometidos durante sus años de Gobierno "iban a quedar impunes como tantas veces en nuestra historia".

Así, el reconocido novelista y ensayista consideró que con el fallo no solo se sanciona a Fujimori sino a todos aquellos que colaboraron con él y con el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos.

Por su lado, el ex corresponsal del diario El País, Gustavo Gorriti, secuestrado tras el "autogolpe" de 1992, señaló a La República que "desde el punto de vista de los que luchamos y sufrimos y finalmente ganamos, es indispensable evitar la soberbia y el triunfalismo".

El actual columnista del semanario político Caretas expresó que si bien siente compasión por Fujimori y que lamenta el dolor de su familia, también siente que "tiene que hacerse justicia".

En ese sentido, Gorriti subrayó que el tribunal que juzgó a Fujimori eligió "entre la ventaja inmediata y la historia, y escogió clara y determinantemente la historia".