El Gobierno afgano busca personal, sin éxito, para sustituir a los españoles en el aeropuerto de Herat

EUROPA PRESS 08/09/2012 11:30

El Gobierno afgano está tratando de formar al equipo que deberá sustituir a las Fuerzas Armadas españolas en el aeropuerto civil y militar de Herat --que pretende convertirse en uno de los cuatro aeropuertos internacionales del país-- cuando las tropas extranjeras abandonen Afganistán en 2014, pero de momento no está teniendo éxito en el reclutamiento.

En concreto, las autoridades afganas buscan controladores, bomberos, personal de seguridad y mantenimiento y meteorólogos que ocupen el lugar que asumen ahora los militares españoles. Sin embargo, según ha explicado el jefe de la base de apoyo avanzado de Herat, el coronel Carlos de Palma, "todavía no han encontrado el personal adecuado" para recibir los cursos de formación.

Y, de hecho, militares españoles asumen que será muy complicado que en dos años los afganos puedan hacerse cargo de un aeropuerto que, a día de hoy, tiene unos 125 movimientos de aviones al día, de los que entre 20 y 25 son civiles.

De momento, las autoridades de Herat acaban de inaugurar las instalaciones del nuevo aeropuerto civil de esta localidad, situado junto al viejo aérodromo de la ciudad y al lado de la base española, conocida como 'Camp Arena', y construido con fondos italianos y estadounidenses.

En la terminal trabajan 24 civiles y 150 policías, que fuertemente armados velan por la seguridad de los pasajeros que tomen aviones con destino a Kabul, Mazar i Sharif, Nimruz o Kandahar. De momento no hay vuelos internacionales, aunque ya cuentan con una sala de control de pasaportes informatizada y dirigida por una mujer.

Policías de fronteras formados por guardias civiles españoles se encargan también del control de la seguridad en el embarque, que tiene arco y escáner de seguridad, y que da paso a dos salas de espera. Su trabajo se incrementará sustancialmente en las próximas semanas, cuando comience la peregrinación a La Meca, que en 2011 movió a más de 4.700 pasajeros.

Pese al progreso en las nuevas instalaciones, el aeropuerto sigue contando con la antigua torre de control, ocupada por tres afganos que siguen con bolígrafo y papel el movimiento de aviones, que depende totalmente de los controladores militares españoles de la vecina base. El más veterano de los afganos, al que los españoles conocen como 'my dear brother' por el modo en que se dirige siempre a ellos, asegura que lleva 40 años trabajando en esa torre, con métodos muy rudimentarios.

A unos metros de distancia, los militares ocupan la torre en tres turnos diarios en los que, además de los vuelos civiles, tienen bajo su control todos los movimientos militares que acumulan un importante tráfico de helicópteros, 'cazas', aviones de transporte y no tripulados. "Es una torre complicada", afirma el teniente Ruano. En total, trabajan ocho militares españoles y dos italianos, más un jefe, que se organizan para cubrir los turnos siete días a la semana.

PLAN DE TRANSICIÓN CON OBJETIVOS AMBICIOSOS

Las autoridades afganas saben que deberán asumir la responsabilidad del aeropuerto en poco más de dos años y, para ello, han preparado un 'plan de transición' que tiene como objetivo ambicioso tener en 2014 personal preparado para la torre de control, el mantenimiento de la pista y los servicios de meteorología y contraincendios.

Para comenzar, deberá encontrar el personal al que formar en unos primeros cursos de 'contacto inicial' en la que los afganos seleccionados se limitarán a recibir nociones muy básicas y observar el trabajo de los militares. De momento, los controladores militares empezaron el pasado sábado a implicar a los tres trabajadores afganos de la torre civil en este curso de 'preformación'.

La búsqueda de controladores es especialmente complicada, ya que, en un país donde el analfabetismo es muy elevado, es muy difícil encontrar personal con conocimientos de inglés, que resultan imprescindibles. En el pasado ya hubo intentos de formar equipos, pero se dieron casos de personas formadas que después prefirieron marcharse para trabajar como intérpretes, donde son mejor pagados.

Aunque no está decidido quién se encargará del apoyo al aeropuerto si después de 2014 las autoridades afganas no pueden asumir esta responsabilidad, por lo pronto los controladores militares españoles ya asumen que serán de los últimos en marcharse de Afganistán.