Granados recibió sobres con hasta 6.000 euros por vivienda construida en Valdemoro entre 1999-2007

EUROPA PRESS 17/05/2016 15:07

El exsecretario general del PP en Madrid, Francisco Granados, recibió directamente o a través de su jefe de gabinete, Ignacio Palacios, sobres por entre 3.000 y 6.000 euros por vivienda -si se trataba de un chalet la comisión era algo más alta- construida en los diferentes planes de desarrollo de Valdemoro (Madrid) entre los años 1999 y 2007 e incluso después, siendo ya aquel consejero de la Comunidad de Madrid. Obtuvo comisión por miles de viviendas construidas en dicho periodo.

Así lo señala el exsocio de Granados e implicado en la "trama Púnica", David Marjaliza, durante la declaración que prestó ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en junio del pasado año, a la que ha tenido acceso Europa Press, y en la que este empresario narra el 'modus operandi' utilizado en por los integrantes de esta organización.

A preguntas de una de las fiscales Anticorrupción, Marjaliza señala que los sobres se entregaban por "paquetes", es decir, por operación, "si había 100 viviendas, pues 300.000 euros".

Este dinero, en metálico, lo recibió casi en todas las ocasiones Granados a través de su jefe de gabinete, Ignacio Palacios y en algunas ocasiones, "Alguna vez se los he dado a Paco también" (Francisco Granados, precisó en la Audiencia Nacional.

Los cobros se realizaron tanto a Granados como a sus sustituto, José Miguel Moreno, con quien Marjaliza cree que tenía algún tipo de acuerdo, e incluso siendo ya consejero de Justicia y Presidencia de la Comunidad de Madrid. "Por viviendas, por obras y por diversas cosas", puntualiza Marjaliza en este punto, si bien no sabe cómo guardaba Granados este dinero.

ENTRADAS Y SALIDAS DE LA CAJA FUERTE

Estos datos los confirma la que fuera secretaria de David Marjaliza, Ana María Ramírez, quien en su declaración ante Velasco confirma que en el despacho del cabecilla de la trama había una caja fuerte oculta en la que se guardaba el dinero en negro que se obtenía con cada venta de piso. En concreto, asegura que por cada piso que vendía, Marjaliza apartaba entre 3.000 y 6.000 euros, dinero que le daba a su secretaria en sobres y ella lo guardaba en la caja fuerte.

A la pregunta de si este dinero de la caja fuerte es el que utilizaba el empresario para pagar comisiones a alcaldes o representantes de ayuntamientos, Ramírez dice que no lo sabe. Según su declaración, Marjaliza le pedía de vez en cuando que le preparara algún sobre o bolsa con una parte del dinero de la caja fuerte, pero que no le decía "nunca" para quién era. "David nunca me decía nada", afirma.

Así pues, la secretaria confirma que desde el despacho de Marjaliza se realizaban operaciones con dinero en efectivo que no pasaba por el banco. Estas entradas y salidas de dinero procedentes de la venta de pisos se producían de vez en cuando, "dos veces al mes, más o menos", indica Ramírez.

"Sé que cobró mucho dinero, pero no sé cuánto", apunta, para remarcar después que era el cabecilla de la trama el que tomaba siempre las decisiones de cuánto dinero salía y entraba de esa caja fuerte. "Yo sólo preparaba lo que me pedía, nada más", añade.

LAS TIERRAS DE SU PADRE

En otro punto de su declaración, Marjaliza se refiere a la compra que realizó de cuatro parcelas pertenecientes a Francisco Granados que éste había heredado de su padre, que era agricultor.

La finca se recalificó en cuatro parcelas diferentes de las que una fue vendida a la hermana de la mujer de Granados por 170.000 euros mientras que las otras tres le costaron a Marjaliza 360.000 euros cada una. Este sobreprecio era una especie de "compensación" que el empresario pagó al alcalde.`

Sobre el hecho de que la gran mayoría de los proyectos de obra Marjaliza se los encargara a José Luis Navarro, que era el arquitecto municipal, no lo justifica el empresario en ningún tipo de favor, sino en la confianza que tenía en esta persona. Los planos, sin embargo, eran realizados por el socio de éste.

CRITERIOS SUBJETIVOS EN LOS PLIEGOS

En otro punto declaración, sobre las adjudicaciones de las obras de urbanización que tanto Marjaliza como Cid realizaba, el declarante señala que los pliegos de adjudicación para las urbanizaciones eran "tan amplios" y sus criterios tan subjetivos que permitían elegir a los adjudicatarios.

En opinión de Marjaliza pese a que Granados no se encontraba en los órganos municipales que tomaban estas decisiones "haría alguna indicación..esta obra y este concurso pues a fulanito, había tanta subjetividad en los pliegos que es muy fácil".