Los portavoces de los tres grupos en materia de Defensa han aprovechado el debate en el Pleno del Congreso de la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas para sacar a relucir las palabras del general, quien el pasado martes, al ser preguntado por Cataluña en un desayuno informativo, afirmó que "cuando la metrópoli se hace débil" es cuando "se produce la caída", como ocurrió cuando España perdió sus colonias, y que "procesos" como el soberanista catalán se producen "cuando el poder central es débil".
El diputado de CiU Jordi Xuclà ha censurado el "silencio absolutamente inaceptable" del Ministerio de Defensa después de la respuesta de Domínguez Buj sobre Cataluña y ha subrayado que aunque defiende la "libertad de expresión" de los militares, éstos también deben "respetar el marco institucional".
Haciendo una comparación con las faltas y sanciones que se tipifican en la ley que se estaba debatiendo en la Cámara Baja, Xuclà ha manifestado que los mandos militares que expresen opiniones "contra cargos electos", en referencia al Gobierno catalán, deben ser sancionados como ocurre cuando se producen otras conductas no permitidas en las Fuerzas Armadas.
PALABRAS "ESPERPÉNTICAS"
Para el portavoz de ERC, Joan Tardà, "comparar la situación actual con episodios de guerras coloniales contribuye poco a disipar la historia reciente" del Ejército español "respecto a las naciones distintas de la castellana", y ha reclamado que desde el Gobierno se condenen las palabras de JEME, que ha calificado de "esperpénticas".
A este respecto, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, manifestó ayer "toda" su "confianza" en el general, al que recibió para que le diese su versión de lo ocurrido el martes en el desayuno. Según el ministro, la explicación del JEME "no tiene nada que ver ni se parece a la intencionalidad que han querido poner en sus palabras".
Finalmente, el diputado de la Izquierda Plural Álvaro Sanz no ha dedicado apenas tiempo a esta polémica, aunque ha destacado que "la cúpula militar de ruido de sables va a conseguir que el bipartidismo" vote a favor de una norma, la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario, que, a su juicio, es "completamente inaceptable".