Lula y Brown dicen que apalancar el comercio es tan urgente como sanear la banca

AGENCIA EFE 27/03/2009 00:00

Brown fue más concreto y adelantó que en la Cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril, propondrá la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares "para asegurar que las empresas puedan exportar".

Las aportaciones de cada país a ese fondo global deberán ser discutidas, pero Brown dijo confiar en que la suma propuesta será aceptada por los países del G-20, pues es el "mínimo necesario" para impedir efectos mayores sobre el comercio mundial.

Lula respaldó la propuesta, y al mismo tiempo fue crítico con el programa anunciado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para la compra de activos tóxicos de la banca.

"Si ese billón de dólares (del programa anunciado por Obama) que se usará para comprar activos podridos fuera para el comercio, sería mucho mejor", declaró Lula en una rueda de prensa junto a Brown, a quien recibió hoy en Brasilia.

Lula admitió que no estudió a fondo el plan de Obama, pero indicó que "el dinero que se dirige al sistema financiero no ayuda a que se recuperen los flujos de comercio" y apuntó que "lo importante ahora es recuperar el crédito" para favorecer el intercambio comercial.

Más incisivo, comentó que "ninguna de las medidas tomadas hasta este momento ayudan a recuperar el crédito", que a su juicio es el gran desafío de los líderes mundiales.

Brown coincidió en que la caída del comercio es el "más reciente" efecto de la crisis global y citó informes que advierten de que las exportaciones mundiales van a caer por primera vez en 30 años, por lo que el asunto no podrá ser ignorado en la Cumbre del G-20.

"Hay que dar un paso al frente y tomar medidas que reviertan esa falta de crédito que ha secado al comercio mundial", afirmó el primer ministro.

Lula y Brown también coincidieron en líneas generales en que es urgente sanear al sistema financiero, establecer controles rígidos a la banca internacional, acabar con los paraísos fiscales, crear un nuevo orden económico y reformar los organismos multinacionales.

Según Lula, el mundo está ante un momento "de incertidumbre", que exige "más decisiones políticas" que económicas, pues hasta urge "recuperar la confianza y credibilidad de los gobernantes".

El presidente brasileño sostuvo que la Cumbre del G-20 "no podrá ser una reunión más, para acordar cuándo será la próxima reunión", pues de ser así "se enviaría una pésima señal" al mundo.

"No tenemos derecho a dejar que la crisis se alargue", insistió Lula, quien también previó que no todo será consenso en Londres.

La Cumbre del G-20, según Lula, "tendrá que tener calor y debate", porque pese a algunos consensos generales, todavía quedan "temas polémicos", entre los que citó el proteccionismo, la recuperación del crédito y la retomada de la Ronda de Doha, que consideró que es "urgente" para ayudar a restablecer los flujos comerciales.

Brown evitó identificar a los responsables por la crisis, pero Lula reiteró que no fue creada por los países pobres, que "no pueden ni deben" pagar los platos rotos "otra vez", afirmó.

Lula sostuvo que "esta crisis fue causada por el comportamiento irracional de gente blanca y de ojos azules", y dijo que hasta ahora no conoce "a ningún banquero negro o indio".

En otro mensaje a los países desarrollados, Lula también declaró que "resolver esta crisis es resolver el problema de la inmigración" y la situación de quienes buscan en otras naciones una salida a los problemas financieros agudizados por el derrumbe económico global.

Tras la entrevista con Lula, Brown viajó hacia Sao Paulo, desde donde mañana se dirigirá a Viña del Mar (Chile), para asistir a la reunión de Líderes Progresistas, en la que coincidirá nuevamente con el presidente brasileño.