Un magistrado a un acusado: "Tenga cuidado. No vuelva a decir que se paga a los jueces"

EUROPA PRESS 11/10/2012 12:37

El presidente de la Sección 5 de la Audiencia Provincial de Madrid, Arturo Beltrán, ha abroncado este jueves a un acusado al advertirle que tuviera cuidado tras aprovechar su turno a la última palabra para decir que en la Justicia sólo existe "la ley del dinero" al librarse quienes pagan a los magistrados. "Tenga cuidado. No vuelva a decir que se paga a los jueces", le ha replicado.

La advertencia se ha producido poco antes de que quedara visto para sentencia el juicio que se ha celebrado contra un acusado de agredir a varios jóvenes en una reyerta que se produjo el 14 de diciembre de 2008 en una discoteca de Parla.

En su última palabra, Teddy F.P. ha defendido su inocencia y se ha quejado de estar en el banquillo de los acusados. "Lo que quieren es sacarme dinero porque yo he triunfado en la vida. Ellos han mentenido y yo también porque estoy en mi derecho de defenderme. Aquí sólo existe la ley del dinero del que paga a los jueces. Esa es la verdadera Ley", ha aseverado.

Tras ello, el presidente le ha interrumpido y le ha advertido con tono serie de que tuviera cuidado con lo que decía ante el tribunal. "No vuelva a decir que se paga a los jueces", le ha replicado el magistrado, a lo que éste ha dicho: no lo he hecho. "Sí, lo ha hecho", le ha espetado.

No ha sido la única intervención del presidente. Durante la testifical, ha abroncado a varios testigos después de que estos manifestaran que no recordaban lo sucedido al haber pasado hace tiempo. "Este tribunal empieza a sospechar que sí saben lo que pasó. Así que cuenten lo ocurrido", les ha dicho.

A partir de esta advertencia, los jóvenes han comenzado a relatar lo sucedido esa noche cuando muchos de ellos vieron como el acusado le dio un sillazo a un joven de un grupo contrario y le lanzó una botella de cristal a la cara. El chico resultó herido en el rostro y se le rompieron varias piezas dentales.

Según los testigos, el procesado iba acompañado por un grupo de amigos. No obstante, el propio acusado ha asegurado que entró sólo y que los supuestos agredidos le fueron a provocar a su local momentos antes de la pelea.

Tras la prueba, la fiscal ha solicitado una condena de cuatro años de prisión para el procesado al considerar que los hechos han quedado acreditados. Así, ha pedido que se le condene por un delito de lesiones y una falta de maltrato de obra, mientras que su letrado ha reclamado que se le absuelva de las supuestas agresiones al no estar acreditadas.

Según la fiscal, el procesado pudo agredir a estas personas como represalia a que dos días antes estos le habrían dado unos golpes. Sin embargo, su letrado ha negado este extremo, ya que su cliente les conocía y hubiera ido a por ellos antes.

"El encuentro fue fortuito. Pidió una cerveza. Iba solo. No estaba con ninguna banda. Lejos de querer agredirlos, no tuvo intención de hacerlo. Esta trifulca comienza porque fueron a comprar una bolsa de patatas a la tienda de mi patrocinado y luego volvieron cuando ya estaba comido el producto. Había rencillas porque le provocaban", ha señalado.

Uno de los testigos ha relatado que ese día se encontraba en la discoteca con su hermana. "Teddy llegó con cuatro amigos y vi como cogió una botella y se la lanzó a uno a la cara. Luego se refugio en el baño", ha contado, una versión respaldada por todos los testigos. "Llovían botellas por todos lados", han dicho.

RELATO DE LOS HECHOS

Los hechos se produjeron entre las 22.00 y las 22.15 horas del 14 de diciembre de 2008 cuando el acusado entró junto a otras personas en el pub Bávaro, situado en la calle Torrejón de Parla. En el lugar se encontraron con tres personas con las que mantenían una mala relación.

Así, el procesado golpeó con una silla en la espalda a una de esas personas y lazó al grupo varias botellas de cristal, impactando una de ellas en la cara de uno de ellos. Éste resultó herido de gravedad en el rostro y en la actualidad presenta diversas cicatrices.

Tras ello, en el local empezaron a caer botellas que tiraban personas desconocidas, sin conocerse a qué grupo pertenecían. Así, el acusado resultó también lesionado.