Morales cree que las estructuras del Gobierno de Bush siguen vigentes en EE.UU.

AGENCIA EFE 03/04/2009 15:26

En una rueda de prensa con medios internacionales en La Paz, Morales admitió que en tres meses de Gobierno, que es lo que lleva Obama en la Casa Blanca, "no se puede cambiar fácilmente" y se puso como ejemplo a él mismo al reconocer que en sus tres años de gestión en Bolivia se queja todavía de la burocracia y la corrupción.

"Es difícil cambiar la mentalidad de los funcionarios públicos", afirmó el presidente boliviano.

"Si Obama quiere cambiar, le va a costar muchísimo porque esas estructuras (en alusión al anterior Gobierno de Estados Unidos) siguen vigentes", opinó Morales.

"Creo que (Obama) tiene interés de cambiar, pero si realmente tuviera gran interés no seguiría enviando tropas a Medio Oriente (...) o no mantendría el bloqueo económico a Cuba", matizó.

El presidente boliviano, que ha reclamado varias veces el levantamiento del embargo económico a Cuba, recordó a Obama que todos los países del mundo apoyan a la isla caribeña, excepto Estados Unidos e Israel.

Para ejemplificar que en Estados Unidos se mantiene la estructura del Gobierno anterior, Morales volvió a denunciar que la división antinarcóticos de la embajada norteamericana (NAS) no ha aportado nada este año para la erradicación de cultivos de coca.

Las relaciones entre ambos países se encuentran en uno de sus momentos más fríos desde que en septiembre pasado Morales expulsó al embajador de EE.UU. en La Paz, Philip Goldberg, después de acusarlo de dirigir una conspiración en su contra.

Washington replicó con la misma medida contra el embajador Gustavo Guzmán y posteriormente canceló a Bolivia los beneficios arancelarios que concede a los países de la región andina como compensación en sus esfuerzos contra el narcotráfico.

También el año pasado Morales prohibió la actividad de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, en Bolivia.

El marzo de este año, Morales expulsó a otro diplomático norteamericano (Francisco Martínez) bajo las acusaciones de conspirar contra su Gobierno y de tener relaciones con agentes de la CIA infiltrados en Bolivia.