En un comunicado, han destacado que "el futuro de la sociedad catalana está íntimamente vinculado a su capacidad para integrar la diversidad que la configura", y han destacado la necesidad de respetar todas las realidades sociales.
"Hacemos un llamamiento al diálogo, a la prudencia, y a tener presentes los principios fundamentales, que son los del bien común y el respeto a las personas", han añadido, y han recordado que en 2011 ya elaboraron un manifiesto para constatar la singularidad de Cataluña.
"En este momento histórico queremos recordar la importancia de los derechos de todas las personas y de los pueblos, la libertad de conciencia y el derecho a creer y practicar la propia fe", han apostillado.
Y han proseguido: "Estas libertades son tan importantes como frágiles, tal como se ha demostrado con demasiada frecuencia a lo largo de la historia. Estas libertades son absolutamente esenciales para una sociedad democrática moderna, y hay que velar para que no sean limitadas ni en Cataluña, ni en España ni en el contexto europeo".
Han apostado por escuchar las demandas de los catalanes y respetar las instituciones: "Los cristianos de nuestro país nos reconocemos y nos reafirmamos en la tradición ininterrumpida de fidelidad a la lengua, a la cultura, y a las instituciones propias de Cataluña"
"No nos corresponde optar por una determinada propuesta a estos nuevos retos, pero defendemos la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos, y que promuevan con paciencia la paz y la justicia", han manifestado.
Y han culminando diciendo que han pedido a Santa María "que aparte de Catalunya el espíritu de discordia, y una a todos sus hijos con un corazón de hermanos".